La película sobre el terror del salvaje oeste sólo para verdaderos cinéfilos

Cinéfilo: mi opinión vertida en La Cinemágora no representa la perspectiva del medio. Esta crítica de 'Bone Tomahawk' NO CONTIENE SPOILERS
Carlos Ramírez Carlos Ramírez Publicado el
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Steven Craig Zahler es director de tres películas, pero todas ellas con una calificación en IMDB por encima del promedio. Una rareza. Pero el cineasta también es considerado un artista de profundidad porque, al igual que Quentin Tarantino, la ultraviolencia que utiliza tiene, en el fondo, un discurso.

Esto sucede en Bone Tomahawk, película de terror ambientada en el salvaje oeste que ganó una suma considerable de premios al cine independiente y que se entiende como una reflexión de la masculinidad. Extrañamente, cinco años después de su estreno, pocos cinéfilos la conocen.

La cinta pertenece a los géneros del western y el terror, y tiene como protagonistas a Kurt Russell, Patrick Wilson y Matthew Fox. El título no está traducido al español, ya que Tomahawk hace referencia a un hacha india y bone significa hueso en inglés.

¿DE QUÉ TRATA?:

Un forastero llega a un pueblo del salvaje Oeste y el sheriff lo detiene por alterar el orden público. Una joven comienza a cuidarlo y ambos desaparecen por la noche, dejando como única pista la flecha de una tribu de caníbales. El sheriff reúne a unos aventureros para adentrarse en el territorio de los caníbales y rescatar a la muchacha.

LO BUENO: TERROR, FOTOGRAFÍA y PERSONAJES

¿Exageraría al catalogar a Bone Tomahawk como una de las mejores películas de terror que he visto en mi vida? Es muy probable que no. Volver a sentir el suspenso, miedo y la ansiedad a lo desconocido es una sensación que se experimenta por una buena cinta de terror y, en este caso, en el largometraje de Steven Craig Zahler.

Afortunadamente para nosotros los cinéfilos, el director elabora su obra con técnica, cuidado y glamour. Es decir, no es una simple película del salvaje Oeste de terror sino que la ambientación, apoyada en un vestuario meticuloso, nos envuelve de inmediato.

Con una combinación de colores azulados, fríos e iluminación natural, la fotografía se torna clave porque los paisajes desérticos también infunden incertidumbre en el espectador.

Por ello, es notable que Bone Tomahawk no sea un largometraje de terror simplón sino uno bien elaborado. A leguas se advierten muchos de los detalles con que fue realizada durante la producción y, en conjunto, esto representa un esfuerzo que se agradece.

Los elementos del salvaje Oeste y las tradiciones que en esa época prevalecían no escapan de la cámara de Steven Craig Zahler. De hecho, se retrata a cabalidad la temporalidad, lo que permite que el público entienda con facilidad el contexto.

Pero la verdadera fortaleza de Bone Tomahawk se encuentra en el guion y sus personajes, quienes están elaborados con una personalidad que dista mucho del cliché y lo predecible.

El alguacil Franklin Hunt y su honestidad implacable, la pasión de Arthur O’Dwyer, la galantería de John Brooder y la humildad y parlanchería de “Chicory” Kory son únicas. Y ello se nota en la rápida empatía que el público genera con estos personajes.

La empatía, en consecuencia, ocasiona que nuestros personajes se vuelvan queridos. Y cuando su seguridad está en vilo esto nos produce miedo y perturbación, así como una inmensa inquietud sobre lo que sucederá conforme los minutos avanzan.

Este efecto no se encuentra fácilmente en las películas. Es interesante que Bone Tomahawk lo tenga, ya que el clásico miedo a lo desconocido es la médula espinal del filme.

Por último, habría que ser malagradecido si no se reconociera la labor actoral de Kurt Russell, Patrick Wilson, Matthew Fox y Richard Jenkins, quienes con su química nos compran la historia por completo.

LO MALO: NECESITA PACIENCIA

Por el contrario, y para los gustos corrientes y vulgares, Bone Tomahawk no es ninguna clase de película de sustos baratos. Su estilo, más bien, necesita paciencia.

Y es que algo que se le pudiera criticar es su lentitud que desesperaría a los cinéfilos más impacientes. Sin embargo, al igual que otras producciones de calidad, como The Witch (Robert Eggers, 2015), se trata de una cinta que no requiere prisa para desplegar su historia.

RECOMENDACIÓN: 4.8 ESTRELLAS DE 5 (IMPERDIBLE)

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