Un video, captado en Acapulco, Guerrero, está generando indignación generalizada en redes sociales pues en él se aprecia a un grupo de niños “jugando a los sicarios”.
En la grabación se aprecia cómo tres pequeños niños simulan someter a dos niñas, amenazándolas con una pistola de juguete, para posteriormente llevarlas a otro lugar en donde las “descuartizan”.
El adulto que graba “el juego” sólo ríe, celebrando la acción de los niños.
El caso recuerda a lo ocurrido en mayo de 2015, cuando imitando lo que habían escuchado de los narcos, secuestradores y demás criminales a los que se les compone una que otra canción, cinco niños que “jugaban al secuestro” asesinaron a otro en la colonia Laderas de San Guillermo, en Chihuahua. El caso, por supuesto, conmocionó a México.
La saña con que sus primos mataron a Christopher Márquez, de tan sólo seis años, fue inaudita para haberse cometido entre niños de 11 y 15 años, una niña incluida… A “Cristo” lo llevaron a un paraje solitario, lo amordazaron, torturaron, le sacaron los ojos, le cortaron los labios y al final lo apuñalaron 23 veces en la espalda… según el relato de los victimarios todo se trató de un “juego”.
Afortunadamente en Acapulco el juego no pasó a más, pero el mismo demuestra un patrón iniciado con la guerra contra el narcotráfico y su mediatización, que provocaron un enaltecimiento de todo lo que tuviera que ver con el mundo de los narcos: armas, drogas, manera de actuar y de que gente como “El Chapo” Guzmán y “El Mayo” Zambada se convirtieran en ejemplo a seguir para muchos adolescentes y niños.
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