Ni el montaje de un video donde un lobo caminaba en las habitaciones de la villa olímpica, ni la nieve derretida, ni las altas temperaturas o los perros callejeros, pudieron opacar el esfuerzo realizado en Sochi para brindar una buena edición de los Juegos Olímpicos de Invierno.
Tras concluir la vigésimo segunda edición de estos juegos, se arrojaron buenos resultados en cuanto a los temas deportivos y de organización.
En general, Sochi supo transformar sus fallas en aciertos.
Alfredo Domínguez Muro