Cuando todas las alarmas se encienden por un probable enfrentamiento entre Irán e Israel, es normal no creer que algo vaya a pasar.Pareciera que las fricciones vienen con las estaciones del año, como un recordatorio de que nunca podemos estar tranquilos con una de las relaciones más volátiles del mundo en este momento.
Pero vale la pena recordar que esta historia es como la de Pedro y el lobo, en la que el clímax llega cuando Pedro grita desesperado, avisando que el lobo está cerca, y nadie lo atiende.
David Rothkopf