Cuando Jorge vio en el suelo a Javier a causa de los disparos de los militares, se regresó para ayudarlo sin importarle que podría perder la vida por su amigo, y a pesar de que la ráfaga de plomo contra ellos no se detenía.
Por eso hoy en memoria de los dos hay un mural con sus rostros y en el que se cita el pasaje bíblico de Juan 15:13 “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”.
Félix Córdova