La dificultad para solucionar el problema en Egipto está causada por la presencia de tres partes en el conflicto actual y no de dos, como se cree.
La primera de estas partes son los manifestantes: aquellos que exigen un estado civil y una constitución adecuada que garantice los derechos humanos para todos, algo que el proyecto actual no hace. Son mujeres y hombres, viejos y jóvenes, cristianos y musulmanes, pobres y ricos.
La segunda es el Estado, representado por la hidra de tres cabezas de Morsi, Badie, y al-Shater.
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