El gobierno de Enrique Peña Nieto llegó a la mitad de un sexenio que no ha sido sencillo.
El primer tiempo de su mandato arrancó con la promesa de reformas que traerían transformaciones de fondo en el país.
Se avanzó. Se lograron consensos, pactos e iniciativas. Pero el juego cambió. La caída en los precios de hidrocarburos, la guerra en el tipo de cambio y la crisis financiera mundial truncaron muchos de los planes.
Imelda García