Esta frase se puso de “moda” (si es que un tema tan importante puede serlo) a mediados del sexenio anterior una vez que se emprendieron las acciones supuestamente estratégicas de la “guerra contra el narcotráfico”.
Pero con las consecuencias por todos conocidas, que impulsaron una nueva manera de entender a la delincuencia y que ahora ya se cuentan como premisas con sentido: los jóvenes somos los más vulnerables, la desigualdad incrementa la delincuencia, los barrios no son violentos, están violentados, etcétera.
Indira Kempis