Me lleva al segundo piso. Desde ahí señala su casa, ubicada en uno de los puntos más altos de la colonia Independencia. Maickol -así escribe su nombre- sabe que no vive con la guerra, sino convive en ella, que es distinto. Casi todos los días de la semana emprende un viaje que consiste en subir y bajar escalones al lugar que se ha convertido en su refugio: un salón lleno de instrumentos musicales donde su profesor Noé Díaz imparte clases dentro de las instalaciones del Centro Comunitario Bicentenario de la Independencia.
Indira Kempis