"¿Dónde acaba la biología y empieza la tecnología?" pregunta el director Ridley Scott, tratando de definir la obra del artista suizo H. R. Giger, creador de uno de los monstruos del cine más icónicos de todos los tiempos: el extraterrestre de la película "Alien" (1979).

El nombre de Tatiana Maslany no está en las listas de los actores más populares, pero sí está en la de los talentos emergentes de la televisión. Todo gracias a su papel protagónico en la serie de ciencia ficción transmitida por BBC America y Space, "Orphan black". 

El año pasado la actriz canadiense de 29 años de edad fue para muchos una de las grandes faltantes en los Premios Emmy. Esto porque en "Orphan black", Tatiana interpreta a la protagonista, Sarah, y a sus más de seis clones, cada una con su historia personal, nacionalidad, acento y hasta estilo de vestir.

En un momento en que el mundo lucha por recuperar su privacidad, amenazado por la sobreexposición en Internet y la revelación de años de espionaje gubernamental, salió a la luz un bug que se interesa no solo por datos inalcanzables, sino que hace vulnerables a sitios que visitamos de forma cotidiana: “Heartbleed”.

La ruptura fue descubierta por ingenieros de Codenomicon y Google Security, quienes la dieron a conocer para que los dueños de sitios Web hicieran los arreglos necesarios para proteger la información de sus usuarios.

“Heartbleed” es el nombre del bug que en los últimos días ha puesto pálidos a los usuarios en Internet; es una vulnerabilidad en el protocolo de código abierto OpenSSL, usado para proteger información sensible como direcciones, contraseñas y números de tarjetas de crédito.

Expertos estiman que el 66 por ciento del Internet, tanto sitios web como transacciones electrónicas, usa este tipo de encriptación. 

Uno de los aspectos más importantes de “Heartbleed” es que no hay forma de saber cuando alguien se aprovecha de la falla para adquirir información sensible.