Tenía solo 11 años cuando un vecino lo condujo con engaños a un bosque, no muy lejos de su casa en el Municipio de San Pedro, Nuevo León, donde abusó sexualmente de él.
Era una tarde de diciembre de 1992 y la Navidad estaba muy próxima, cuando Carlos Augusto Guerrero Alanís salió a pasear con su bicicleta.
Ahí, a escasos metros de su hogar, el hombre lo invitó a caminar en las cercanías, pero el encuentro terminó abruptamente con la violación.
Javier Estrada