Además de la presidencia de Estados Unidos por los próximos cuatro años, el ganador de las elecciones del próximo 6 de noviembre heredará un paquete de retos y conflictos nada envidiable.
Tras el segundo debate presidencial entre el candidato Mitt Romney y el presidente Barack Obama sostenido anoche, sus campañas deberán ir perfilando sus propuestas sobre temas álgidos.
Entre ellos está el dilema del presupuesto fiscal y buscar la manera de evitar que el país sufra una reducción automática de su déficit a costa de frenar su economía.
Jesús M. Badiola