Dicen que el 3 de febrero de 1959 fue “el día que la música murió”, ya que ocurrió un accidente que se convirtió en una pesadilla para muchos: tres de los compositores más importantes del ritmo que a todos tenía bailando –claro, el Rock & Roll– fallecieron en un accidente de avión.
Se trataba de Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper.
Pero después de ellos emergieron nuevos ídolos, junto con otros ritmos y corrientes musicales, o bien algunos que refrescaron el sonido clásico de las tendencias ya establecidas.
Luis Cardona