Ahora sí los políticos mexicanos pueden adoptar el comportamiento de una de las sustancias más inestables del planeta: ya pueden temblar como gelatina.

El triunfo ayer de Donald Trump lo ubica ya como un presidenciable imparable en la carrera por controlar a la nación más poderosa del mundo.

No se trata de una obra de infraestructura ni de la construcción de un proyecto de obra pública de talla internacional. Se trata de que en el Senado de la República le meterán “presión” al trabajo legislativo para luego irse de vacaciones, un puentesote vacacional de Semana Santa y Semana de Pascua. No cualquiera goza de semejante prestación y no cualquiera puede separarse ese tiempo de su chamba, pero, bueno, estamos hablando de los senadores.

¿Personal o de interés general?

En eso de los discursos con doble filo siempre se corren riesgos. Resulta que ayer cuando Manlio Fabio Beltrones dijo aquello de que hay que alejarse de “los vividores” de la política, en referencia al tabasqueño y candidato presidencial vitalicio, hubo quienes pensaron que el misil iba dirigido para uno de los suyos, para el propio gobernador de Chihuahua, César Duarte. Y es que el banquero, perdón, el mandatario estatal, no nada más tiene descontento entre la población, sino en el propio tricolor.

Los panistas siempre sorprenden. Ahora los albiazules en la Cámara de Diputados advirtieron que demandarán penalmente al exdirector de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya. El argumento es que no pueden tolerar la mala administración que hubo en la petrolera durante la gestión del exfuncionario. Y aquí no se trata de defender a nadie, pero: ¿Y qué dijeron cuando se descubrió el caso Oceanografía en Pemex? ¿Enciclomedia en la SEP? ¿La Biblioteca Vasconcelos en el entonces llamado CAPFCE? Todo esto en sexenios panistas.

Las caras computadoras

El expresidente Felipe Calderón hizo una de las afirmaciones más serias de los últimos años: “Nadie se toma en serio a Vicente Fox, yo menos”. La afirmación de Calderón se dio como respuesta a que la semana pasada el ranchero que llegó a Los Pinos dijo que durante el sexenio de Calderón la tasa de homicidios creció demasiado, obligándolo a sacar el Ejército a las calles. Fue entonces que el michoacano soltó esa frase para la posteridad. Buena hubiera sido esa lucidez del expresidente durante su mandato.

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