Lo ocurrido ayer en la inauguración de la Línea 12 del Metro volvió a poner de manifiesto aquello de que los políticos nunca cambian, que las que cambian son las circunstancias.  

Y es que si Andrés Manuel López Obrador hubiera ganado la elección presidencial de 2012, sin duda hubiera sido invitado a la inauguración de la Línea 12 del Metro. Sin embargo como el tabasqueño perdió, el invitado fue Felipe Calderón.    

Solo Dios sabe en qué estaba pensando el cardenal Norberto Rivera cuando decidió criticar desde su semanario “Desde la fe” a los sindicatos el domingo pasado. 

Sin consultar a la Conferencia Episcopal Mexicana, el editorial del arzobispo de la arquidiócesis de México armó todo un conflicto eclesiástico-sindical, que de seguir creciendo podría desembocar en una bronca fenomenal como la que protagonizó el líder obrero Luis N. Morones en tiempos de Elías Calles. 

Los líderes sindicales no se quedaron callados.

Aunque el rating del programa no le llegó ni a los talones a “La voz”, es probable que “Sin  filtro” haya superado con mucho el rating de los programas que transmite a la misma hora la competencia de Televisa. 

Y es que el programa tuvo una gran promoción publicitaria por los radicales críticos del #yosoy132, que se rasgaron las vestiduras porque Antonio Attolini y otros jóvenes aceptaron el espació que ofreció Televisa para que la critiquen en su propia casa. 

Si algunos pensaron que la reforma de la reforma laboral iba ser aprobada por la vía del “fast track” parlamentario, ya se habrán dado cuenta que no.

Para empezar la reforma perdió su calidad de preferente en cuanto el Senado regresó la minuta a la Cámara de Diputados.

Así lo reconocieron explícitamente el presidente del Senado Ernesto Cordero, y el presidente de la Junta de Coordinación Política, Emilio Gamboa.

La reunión de ayer de los gobernadores de izquierda con Enrique Peña Nieto no dejó de llamar la atención.

Y es que a diferencia del 2006, los cinco gobernadores postulados por el PRD, sí aceptaron reunirse con el presidente electo.

Los gobernadores de “oposición”, en los hechos, no serán de oposición sino de colaboración.  

Unos porque ni siquiera son perredistas. Y otros porque aunque lo sean, apenas ganaron se deslindaron de Andrés Manuel López Obrador.