Érase una vez Enrique, que después fue Peña Nieto y tras cuatro años en el poder finalmente se convirtió en el señor Presidente, Comandante Supremo de la Fuerzas Armadas.
La designación del nuevo dirigente nacional del PRI, el otro Enrique -Ochoa Reza-, llegó con tanta contundencia, más que con consenso y unidad, que se sintió el manotazo de alguien en la mesa.