Está visto que para ser comisionado nacional de seguridad  no basta ser hidalguense, como lo son el director del Cisen Eugenio Imaz, o el senador Omar Fayad, a quien muchos ya hacían como sustitutos de Manuel Mondragón.

Y es que el principal requisito para desempeñar ese cargo, es tener el visto bueno del presidente Enrique Peña Nieto, quien fue el que tomó la decisión de designar al viejo lobo de mar Monte Alejandro Rubido como comisionado nacional de seguridad. 

Podrán decir todo lo que quieran, pero fue más que significativo el hecho de que un mensaje de Twitter de Miguel Ángel Osorio Chong, anunció la renuncia del doctor Manuel Mondragón y Kalb como comisionado de seguridad nacional. 

Y es que, por la forma del anuncio de la renuncia, se puede advertir el fondo de la decisión. 

Manuel Mondragón y Kalb se había convertido ya en una molesta e inútil roca en el zapato del gabinete de seguridad. Sobre todo por el desempeño de la Policía Federal en el conflicto de Michoacán.

Las consecuencias políticas y económicas del escándalo de la Línea 12 del Metro ya empezaron a sentirse.

En lo económico, la Constructora ICA ya sufrió su primer descalabro. El precio de sus acciones cayó ayer en 2.94 por ciento. 

En lo político los más afectados son el ex jefe de gobierno, Marcelo Ebrard y el director del Metro, Joel Ortega. 

Es inaceptable que Joel Ortega, un expolicía metido a director del Metro, con tal de quedar bien con Marcelo Ebrard, no hubiese tomado desde hace meses la decisión de suspender el funcionamiento de la línea 12 del Metro. 

Joel Ortega sabía desde hace mucho tiempo el riesgo que corrían cotidianamente cientos de miles de usuarios del Metro, pero prefirió no asumir su responsabilidad, por cuidar sus relaciones políticas. 

Mientras que a Alejandro Poire, exsecretario de gobernación y exvocero de Felipe Calderón, no le quedó otra más que aceptar que se “equivocó al dar por muerto a Nazario “El Chayo” Moreno, por la “imprecisa” información de Genaro García Luna, Alfredo Castillo, comisionado para Michoacán, encontró rápidamente la forma de exonerar al secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón.

Para el exprocurador del Estado de México no se trató de un error de Genaro García Luna, sino de toda una coartada preparada por “El Chayo” para que se le diera por muerto.