Aunque el nuevo coordinador de la bancada panista en el Senado, Jorge Luis Preciado, no tiene la culpa de que Gustavo Madero lo haya designado para el cargo, sí tiene la culpa de haber aceptado el dedazo.
No porque el jefe del partido le pida a un senador que se aviente a un precipicio, el senador tiene la obligación de obedecerlo.
Redes de Poder