Felipe Calderón no da su brazo a torcer.
Al inaugurar ayer un penal en Sonora, ante el embajador Anthony Wayne, insistió en que “el prestigio de la reputación” de la Policía Federal será parte de su legado.
Quizá fue que por esa declaración un alto funcionario del gobierno norteamericano reveló a la agencia de noticias AP que lo de Tres Marías no se trató de un error, como ha venido insistiendo el gobierno federal, sino que fue un atentado.
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