La historia no se repite igual, pero se repite. Roberto Gil pasó a ser una figura decorativa en la campaña de Josefina Vázquez Mota, como lo fue Pedro Cerisola hace 12 años en la campaña de Vicente Fox.
Los que han vivido las intrigas cotidianas al interior del equipo dicen que el relevo del chiapaneco no solo era justo, sino también necesario.
Los josefinistas no se cansan de acusar a Gil de ser un saboteador de la campaña, y hasta lo culpan de que Josefina haya pasado al tercer lugar.
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