En el tema de casinos no se aprende.
Los casineros impunemente siguen cometiendo las mismas ilegalidades que llevaron a la tragedia al casino Royale.
Porque cuando el Municipio de Monterrey trató de clausurar el Royale, antes de la tragedia que marcó de por vida al giro de los centros de apuestas en México, se topó con el hecho de que el negocio de un costado suplantaba la entrada al casino.
Es decir, un negocio que anteriormente era de venta de productos sanitarios, podía ser también el ingreso al casino por una puerta entre ambos locales.
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