La depuración de Tránsito de Monterrey que pretende concretar la alcaldesa Margarita Arellanes parece que va en serio.

En los próximos días el Municipio de Monterrey publicará una convocatoria para reclutar elementos para la Secretaría de Vialidad y Tránsito de Monterrey.

La novedad es que esta campaña no sólo incluirá el estado de Nuevo León, sino se extenderá a nivel nacional incluyendo estados del sur de México.

Un esquema similar como el utilizado para contratar a los policías adiestrados por la Marina que hoy integran la Policía Regia.

La designación de los nuevos delegados federales en Nuevo León no pasará por Los Pinos, sino por Bucareli.

Los priistas que lleguen a las delegaciones federales serán palomeados directamente por el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong.

Esa es la instrucción del presidente Enrique Peña Nieto.

Habrá algunos casos especiales como el de Felipe Enríquez que serán resueltos directamente por su compadre, el presidente Peña Nieto y no por Osorio Chong.

La obra emblemática por la que apostará la alcaldesa de Monterrey Margarita Arellanes, estaría entre dos magnos proyectos viales.

Uno de ellos es la construcción de un segundo túnel en la Loma Larga, que conecte con el municipio de San Pedro.

El otro es el famoso segundo piso en la avenida Gonzalitos.

Hasta el momento es más probable la edificación de un viaducto elevado en Gonzalitos, que un túnel que conecte Pino Suárez con la avenida Lázaro Cárdenas.

En teoría, en marzo está programada la celebración de la Asamblea Estatal del PAN para la elección de los nuevos consejeros estatales panistas.

Sin embargo, un grupo de panistas encabezados por la Santísima Trinidad está presionando para que la Asamblea no se lleve a cabo en ese mes, que es cuando corresponde renovar al Consejo Estatal.

El plan es posponer la realización de la Asamblea hasta finales de año, una vez que concluya la Asamblea Nacional del PAN convocada para el 18 de marzo.

Hay varias versiones que circulan en Palacio de Gobierno por la salida de Francisco Valenzuela, el poderoso exsubsecretario de Egresos del gobierno estatal.

Una de ellas, la que más suena, es que hasta la oficina del gobernador Rodrigo Medina habrían llegado pruebas contundentes de los supuestos sobornos que se pedían a los proveedores en el área de la Tesorería estatal que encabezaba Valenzuela.

Las pruebas resultaron ser tan irrefutables que al mandatario estatal no le quedó más que sacrificar a uno de los hombres de mayor confianza suya en la administración.