El gobierno del Estado, a través de su vocero de seguridad, Aldo Fasci, podrá decir lo que se le ocurra sobre los motines que se han registrado esta semana en el Penal de Cadereyta y que ya provocaron la muerte de 4 reos y lesiones en más de 20 internos.
Fasci podrá asegurar que las “protestas” (es decir, los motines) son una reacción a los operativos del Estado. Que los presos están enojados por el cambio de menú de alimentos o por la instalación de rayos X para detectar droga entre los visitantes.
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