Seguramente el “TUCA” y su cuerpo técnico, algunos directivos y muchos miles de aficionados Tigres, no están de ninguna manera contentos ni satisfechos con el resultado en el que pierden, una vez más en el torneo, una ventaja de dos goles para ser alcanzados por los RAYADOS que, en contraparte, festejan el resultado en una sensación algo así como “de lo perdido…, ¡lo que aparezca!”.
Ambos se mantienen dueños de su destino para boletos de Liguilla y hasta ahí el resultado, sin embargo, en lo que sí se ponen de acuerdo los millones de aficionados de Rayados y Tigres, es en la intensidad y la pasión que ponen los dos equipos sobre el terreno de juego que se transmite más rápido que una cuenta de tarjeta de crédito al banco, a la tribuna y a los millones que lo disfrutamos por la TV, generando uno de los mejores clásicos, emociones por delante, de los últimos años, sumados todos los clásicos de todos calibres en nuestra LigaMX.
Es más, proporciones guardadas, más apasionante que el REAL MADRID–BARÇA que se llevan los blancos sin espacio para la duda.
Un mensaje para el Clásico Nacional
De los últimos CHIVAS–AMÉRICA solo hemos recibido frustración, decepción y hasta bostezos, poco a poco se ha ido perdiendo la pasión que éste clásico nos generaba incluso a los que no somos fans de ninguno de ellos.
América, hay que reconocerlo y aplaudirlo, ha hecho su tarea desde hace unos años al diseñar y poner lo que sea para una reingeniería que les devolvió ese estatus de “EQUIPO GRANDE” que por mucho rato se había perdido, hoy ha vuelto a ser respetado por todos lados, llenan estadios, apasionan y hasta a veces pierden, como el pasado viernes en Querétaro.
CHIVAS por su parte arranca su enésima recomposición para hacer cosas nuevas con el mismo material humano tan limitado. Si Roma no se hizo en un día, Chivas tiene no solo obligación sino la necesidad de hacerlo poniendo el pecho a las balas.
Mi mensaje a MOHAMED y a “CHEPO” es que repasen el Tigres-Rayados y vean lo que se genera cuando se pone el corazón por delante.
Master de masters
Lo de ROGER FEDERER va mucho más allá de cualquier hazaña deportiva fugaz, es una carrera tremenda y exitosa sin doblarse nunca.
Subidas y bajadas, voces ligeras que le han vaticinado el pronto retiro ante la caída imaginaria por un tobogán sin un posible regreso.
Ya lo hemos comentado, sería estéril volver a repetir lo que muchas ocasiones hemos señalado, hace un mes aproximadamente aquí mismo lo comentamos con admiración, hay Roger Federer para rato, hasta que él mismo escoja sus tiempos.
Esta semana gana por sexta ocasión el torneo de BASILEA, SUIZA, su ciudad natal, superando en dos sets al belga David Goffin que sufre apenas su tercera derrota en 46 partidos.
“El Maestro” había perdido las dos últimas finales en este Torneo de Basilea, ambas ante el argentino JUAN MARTIN DEL POTRO, que no defiende el título por lesión.
Por si fuera poco, venía de ganar el Maters 1000 de SHANGAI que le hizo regresar al sitio de número DOS del planeta.
Hoy ha recortado distancias con el “UNO” NOVAK DJOKOVIC a solo 500 puntos, la Gran Final de temporada en Londres lo definirá todo.
Serena morena
El jueves pasado en este mismo espacio dedicamos el reportaje a Serena Williams y su muy mala semana cuando debió enfrentar los comentarios racistas y sexistas de ese infeliz presidente de la Federación Rusa de Tenis que señaló, palabras más o menos, que no distinguía cuál de LOS DOS HERMANOS Williams jugaría.
Luego de contar hasta 10 y responder, Serena pierde en dos sets con sólo dos juegos ganados (6-0, 6-2) ante la rumana SIMONA HALEP, sólo dos veces en su exitosa carrera la habían humillado así.
El mismo jueves decíamos que Serena lo tenía todo para revertir la situación, ganar los otros juegos y que Ana Ivanovic venciera a Simona en dos sets, pero Simona ganó el segundo eliminando a Ana y dejando el paso libre a quien sería su rival más peligrosa, Serena Williams, en un gesto que ilustra la HONRADEZ y limpieza del tenis femenil.
Simona pudo botar el juego y echar a Serena, no lo hizo.
Ambas llegaron a la final y SERENA toma revancha, que no venganza, aplicándole un 6-3, 6-0 con tintes de paliza.
