Pese a no lograr su clasificación a los Playoffs desde el 2007, los Bucaneros de Tampa Bay cuentan con un as bajo la manga, pues el entrenador en jefe, Bruce Arians, se ha convertido en recuperar franquicias que estaban hundidas cuando las tomó.
Arians tuvo su primera oportunidad de dirigir a un equipo en 2012, cuando tomó el lugar interino con los Potros de Indianapolis, tras el retiro temporal de Chuck Pagano, quien enfrentó leucemia. Bruce ayudó a que el equipo pasara de 2-14 a 11-5, mientras que con los Cardenales de Arizona (2013-2015) los llevo a tener tres campañas ganadoras y dos más equilibradas, lo que le valió su segundo reconocimiento como entrenador.
Entre lo rescatable que tienen los Bucaneros es que en 2018 fueron la tercera mejor ofensiva con 6,648 yardas conseguidas, por lo que este año Arians buscará equilibrar con la defensa para contener las ventajas.
Dentro de los evidentes elementos a destacar está Mike Evans, líder receptor de los Bucaneros, quien consiguió 1524 yardas y ocho touchdown acumulados a lo largo de la campaña, y fue pieza fundamental para llevar a la ofensiva a los primeros puestos del ranking de la NFL.
El calendario no será favorecedor, pues además de tener que soportar del 29 de septiembre al 10 de noviembre sin jugar en el Raymond James Stadium, Tampa Bay tendrá que recorrer más de 40 mil kilómetros en un periodo de seis días, en donde se incluirán partidos en Londres, Seattle y Los Ángeles.
En cuanto a defensiva, su principal preocupación será encontrar quién tape el hueco de Jason Pierre Paul, quien estará fuera posiblemente hasta diciembre por un accidente de tránsito. El lugar podría ocuparlo Devin White, tomado en el pasado Draft en la primera ronda.
