El pase a la siguiente ronda de la Copa Confederaciones parece estar a tiro de piedra para la Selección Mexicana, al enfrentarse hoy a una de las representaciones más débiles del certamen.
México jugará este miércoles ante su similar de Nueva Zelanda en el segundo partido de la fase de grupos, un rival que le trae grandes recuerdos, pues a costa de esta representación el Tricolor consiguió su pase al Mundial de Brasil 2014.
Fue en el Repechaje Intercontinental cuando los aztecas se midieron al cuadro neozelandés, al que golearon con un contundente marcador global de 9-3 en la serie, donde Oribe Peralta se lució con cinco anotaciones en ambos partidos.
Hoy el “verdugo” oceánico podría hacerse presente en el campo en caso de que Juan Carlos Osorio, entrenador del combinado mexicano, sea fiel a sus rotaciones y decida alinearlo en el terreno de juego.
“Pensamos que Nueva Zelanda considera el juego directo, es un rival muy diferente a lo que fue Portugal, pero igualmente complicado, estamos considerando mover un poco nuestra estructura, de refrescar el equipo, de salir a competir y tratar de ganar el juego con nuestras fortalezas”, expresó Osorio al término del reconocimiento de la cancha de Fisht, en Sochi.
El mencionado estadio se encuentra en un complejo deportivo frente a la costa del Mar Negro, una sede que fungió como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014 y cuyo circuito aledaño ha albergado el Mundial de Fórmula 1.
También será una de las sedes de la Copa del Mundo del próximo año.
Osorio indicó que la prioridad del Tricolor será no admitir goles para que la diferencia juegue a su favor en un posible desempate al momento de la clasificación a semifinales.