Distracción le costó la derrota… Ángel de Oro perdió su máscara
La maldición Lagunera siguió en la Arena México, luego de que un error llevó a Ángel de Oro a sucumbir ante Cuatrero; sin incógnita, asegura que su carrera no se irá en picada
Manuel Cuéllar[kaltura-widget uiconfid=”39952882″ entryid=”0_16xrwxpm” width=”100%” height=”56.25%” responsive=”true” hoveringControls=”false” /]
Ángel de Oro aceptó que los factores que le hicieron perder la máscara frente a Cuatrero en el Homenaje a Dos Leyendas fue el exceso de confianza y una mala estrategia, pues una pequeña distracción dentro del cuadrilátero le hizo pensar que ya había ganado la lucha y dejó libre a su rival cuando ya lo tenía acorralado.
“Me falló la estrategia y a lo mejor caí en exceso de confianza, porque dejé el alma en el ring porque dejé todo, fueron milésimas de segundos y Cuatrero supo sorprenderme desde principio en un tope, estoy muy golpeado, pero eso no excusa, ya perdí”, dijo el Joven de 24 Kilates tras perder la incógnita.
Miguel Ángel Chávez Velasco aseguró que aunque el odio no termina en esta rivalidad, por el momento en sus planes no está buscar la revancha frente a Cuatrero, ya que sería como no saber perder, por lo que ahora sólo estará enfocado en levantarse de esta derrota.
“Por un momento sentí que ya se había rendido y lo solté, desconcertado, pero Cuatrero fue mejor que yo”
“En estos momento no buscaría la revancha, porque sería como no saber perder. Cuatrero fue mejor, ya perdí, pero el odio no acaba aquí, ya será después”, indicó el de Torreón.
El inicio de la colección
El ganador de la gran lucha del viernes pasado, Cuatrero, advirtió que la máscara de Ángel de Oro sólo es el inicio de muchas caretas más que ganará, además de que la Nueva Generación Dinamita no busca reconocimientos, sino los trofeos de sus rivales.
“Ya se sumó él (Ángel de Oro) y es el primero de tantos que vienen, Angelito, Niebla Roja, a mí no me reconozcan, a los Dinamita no hay que reconocerles, hay que pagarles y ya viste el precio”, comentó el hijo de Cien Caras.
