El fraude de la duela

De 1986 a 1998 hay una celda de diferencia. Es la síntesis en la historia de Jonathan Nicola, el basquetbolista de Sudán del Sur al que todos veían en la NBA, pero que hoy vive tras las rejas por violar las leyes migratorias por mentir en su edad.

Las huellas dactilares lo delataron. Aunque el resto de su fisionomía pudo hacerle un favor durante mucho tiempo mientras dijo que tenía 17 años, la ciencia fue más precisa que todas las veces que el jugador le preguntó su edad a su mamá.

“Allá en Sudán del Sur no se estudia todos los años, siempre nos estamos moviendo de escuela y allá nadie te pregunta tu edad, nadie te pregunta nada”, dijo en su defensa el jugador del Instituto Católico Central en la localidad de Windsor.

Jonathan estaba en su mejor momento, su carrera despuntaba por ser uno de los estelares en la quinteta colegial canadiense. 

Todo marchaba de maravilla hasta que un día tramitó un visado para viajar a Estados Unidos a una competencia, y desde el 15 de abril que lo detuvieron su sueño terminó.

“No soy un mentiroso, soy una persona religiosa que le reza a Dios, si algo me llegara a pasar a mí aquí, no sé qué ocurriría con mi madre, ella está realmente enferma, tiene diabetes”, declaró el temeroso jugador a la la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá.

En países de África es común que a los recién nacidos no se les registre de manera legal justo en el momento que nacen, por eso a lo largo del tiempo se han dado casos de atletas que, diciendo una edad, luego se comprueba que tienen más años de los que aseguraban. Esta es una polémica que también se ha vivido en selecciones infantiles y juveniles de futbol, basta recordar el caso de Nigeria, selección de la que se ha dicho ha presentado “cachirules”. 

Nicola llegó a Windsor con un visado de estudiante gracias al programa Casa de familia, el cual se dedica a encontrar hogares para estudiantes extranjeros. La semana pasada testificó que era de onceavo grado y que realmente no sabía con precisión su fecha de nacimiento.

Pete Cusumano, entrenador del equipo de baloncesto del Catholic Central High school de Windsor, y el exjugador sudanés Deng D’Awol, fueron quienes le ayudaron con los papeles y con el viaje. “Creo que tiene opciones de llegar a la NBA”, afirmó el técnico.

Pero el sueño de ser estrella de la NBA y también su carrera como estudiante se derrumbaron cuando solicitó la visa para viajar a Estados Unidos. Las huellas dactilares de su solicitud coincidieron con los grabados de un hombre que aplicó para ingresar a ese país en 2007.

En dicha solicitud, el año de nacimiento de Nicola fue catalogado como 1986, siendo que en su solicitud de visa canadiense aparece con año de nacimiento 1998. Jonathan no tiene 17 sino 30 años de edad.

Pese a alegar su ignorancia, el sursudanés sigue detenido y permanecerá en custodia hasta el 24 de mayo, pero es posible que tenga una nueva audiencia de admisibilidad para ver si puede permanecer en Canadá.

Viven crisis de identidad

Hasta apenas en 2008, en Sudán del Sur solo eran registrados oficialmente un tercio de los niños que nacían en ese país, pero el gobierno se ha comprometido en mejorar el acceso a estos servicios y también a fomentar el registro de nuevos nacimientos.