Todo indica que Tokio es sinónimo de buena suerte para el boxeo mexicano, debido a que en los Juegos Olímpicos de 1964 el pugilista Juan Fabila se convirtió en el único atleta de México en obtener una presea, que, si bien fue de bronce, ayudó al originario de Ciudad de México a escribir su nombre con letras de oro en el deporte nacional.
Luego de 57 años, el boxeo vuelve estar bajo los reflectores olímpicos gracias a Esmeralda Falcón, quien a pesar de que no ha obtenido, todavía, una medalla, se ha ganado un lugar en la historia, ya que la boxeadora se convertirá en la primera mujer en representar a México en la máxima cita deportiva.
Si bien, Esmeralda Falcon entiende que habrá un antes y un después en la historia del boxeo femenil en Juegos Olímpicos gracias a ella, no se conforma con eso y quiere repetir lo que Fabila realizó en Tokio 1964.
“Me encantaría (emular lo que se hizo en Tokio 1964), me encantaría que sucediera. Si hay un poquito de posibilidad, yo quiero darle trabajo, determinación, fe, para que esa posibilidad se haga más grande.
Sin embargo, los rounds que Esmeralda tuvo que pelear para cumplir su sueño no fueron nada sencillos de vencer, ya que primero tuvo que mandar a la lona su miedo a los golpes y a la sangre para poder avanzar en su carrera.
“Me gusta mucho la adrenalina que se siente estar arriba del ring, resolver en segundos, descifrar a tu rival porque sino te llueven los trancazos, a mí me encantó eso, me enamoré de eso a pesar de que yo le tenía miedo a la sangre y a los golpes.
“Yo pensaba, cuando ya estaba arriba del ring: ‘ah, bueno la muchacha que está acá arriba conmigo pues igual se sabe defender’. Yo pensaba que quería ser una peleadora hábil, que se quite golpes, ya traía como lo de Bruce Lee que era muy hábil y pensaba que, si yo les pegaba rápido en otra parte del cuerpo, pues no tendría por qué sangrar a mi rival. Sin embargo, después que me di cuenta de que tenía que adquirir otros recursos como pegar fuerte, y desgraciadamente arriba del ring pues tienes que darle, y fui entendiendo eso porque es parte del deporte y terminé agarrándole amor a la sangre y a los golpes”, agrega.
Sumado a ese temor, “La Pantera” reconoce que también debió mandar a su esquina los comentarios en contra por practicar box, por ser un deporte que “es catalogado para hombres”, pues recuerda que en su momento algunas personas no querían aceptar esa diversidad que ella representa.
“Me tocaron compañeros que renegaban entrenar conmigo, porque decían que ellos eran hombres y yo mujer, que, si me lastimaban, fue raro, pero sí hubo casos así, pero lo más chistoso y curioso en todo esto es que yo recibí más críticas de mi mismo género. Mismas mujeres me decían: ‘¿Y qué haces aquí? De seguro eres marimacha. De andar sudada y andar ahí, mejor otra cosa’.
“Yo siento que no estaban tan familiarizadas para aceptar esa diversidad o esa decisión mía de ser boxeadora, pero ya poco a poco la gente se va acostumbrando y va aceptando lo que a ti te gusta”, menciona.
Apenas empieza aventura de Esmeralda Falcon
Con 26 años, Esmeralda afronta su primer ciclo olímpico de manera exitosa al obtener su boleto a lo Juegos Olímpicos, no obstante, las metas para “La Pantera” apenas empiezan, ya que quiere repetir nuevamente este proceso y estar representando a México en París 2024.
“Recuerdo que yo dije que yo iba a tener la motivación para aguantar ocho años estando en el boxeo olímpico y hasta el momento eso no ha cambiado. Terminando ese ciclo olímpico en 2024, sí me gustaría debutar como profesional, pero ahí, como profesional, no pretendo estar mucho tiempo, pero sí quiero ser Campeona Mundial”, afirma.