Las últimas llegadas de Carlos Peña a Cruz Azul, además de Jérémy Ménez y Carlos Ibargüen al América, confirman plantillas que lucen poderosas, como en los viejos tiempos, para el presente Clausura 2018.
Dichos refuerzos se presentan como las principales cartas fuertes de dos de los denominados “equipos grandes” del futbol mexicano, con el objetivo de destronar a los regiomontanos.
Una vez más, “La Máquina” no escatimó en sus recursos y en principio de cuentas buscó un nuevo estratega tras el adiós del español Paco Jémez.
Pedro Caixinha fue el elegido y con esto comenzó una nueva era y armado de equipo, que incluyó desembolsar para un refuerzo traído desde Europa como el argentino Walter Montoya.
El volante derecho de 24 años buscará relanzar su carrera en el balompié azteca, luego de haber pasado al Sevilla como un jugador sudamericano con importante proyección.
Montoya salió de Rosario Central, equipo en el cual fue figura y recomendado por César “Chelito” Delgado, otra insignia de los cementeros.
Su fichaje hace recordar a la época de los 90 y principios del año 2000, donde “La Máquina” “visoreaba” elementos importantes de Sudamérica, ya sea con gran o mediano cartel, arribaban a México para ganarse el cariño de la afición y convertirse en figuras consagradas.
Como ejemplos están argentinos como Norberto Scoponi, Julio Zamora, Marcelo “Chelo” Delgado, Diego Latorre, Mauro Camoranesi, Ángel “Matute” Morales, entre otros.
También llegaron brasileños como Julio César Pinheiro o chilenos como Pablo Galdames, quienes se convirtieron en piezas fundamentales para que los de “La Noria” llegaran a la Final de la Copa Libertadores 2001 y tuvieran campañas de protagonismo.
Pero no solamente extranjeros, “La Máquina” también ha contratado “bombas” mexicanas y el caso actual del “Gullit” Peña hace recordar a otros como Francisco “Kikín” Fonseca, Gerardo Torrado, Jaime Lozano, Jared Borgetti, Omar Bravo o Marco Fabián.
Cruz Azul trajo jugadores sudamericanos de renombre en los 90 que se ganaron un lugar en el club
De los fichajes antes mencionados, destaca el de Fonseca, que rompió el mercado de invierno de hace 13 años previo al Clausura 2005, pues lo compraron a Pumas, conjunto donde fue bicampeón del futbol mexicano.
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Ahora, Peña llegará con esa encomienda de hacer valer la inversión cementera y redituar en éxitos a un pueblo hambriento de títulos.
‘SÚPER ÁGUILAS’
Para este año, América decidió “romper” el “cochinito” y traer refuerzos de élite.
Tal parece que los tiempos de austeridad del Grupo Televisa pasaron a segundo término en el “Nido”, quien en el último lustro se caracterizó por comprar jugadores de bajo perfil.
Oribe Peralta y Darwin Quintero fueron sus excepciones, además de Agustín Marchesín, portero por el cual desembolsaron una buena cifra económica el año pasado.
Las incorporaciones de Menez e Ibargüen recuerdan a la que en su momento hicieron por Claudio “Piojo” López o Iván Zamorano, a principios de la década de los años 2000.
América implementó el modelo económico de traer figuras en la década de los 80
Figuras que fueron importadas; mientras que para la segunda mitad de dicha década, optó por comprar los “peces gordos” del mercado nacional como Salvador Cabañas a Jaguares de Chiapas en 2006 o Christian Benítez al Santos Laguna en 2011.
No obstante, que a nadie extrañe que el América “fiche” jugadores caros, pues ha sido un modelo económico que lo implementó en el futbol mexicano desde la década de los 80 con futbolistas de la talla de Héctor Miguel Zelada, Toninho Cerezo o Daniel Brailovsky.
Mientras que en los 90 también hizo lo propio con estrellas como los africanos François Omam-Biyik o Kalusha Bwalya.
Se dice que Ménez será el mejor pagado de la plantilla y podría cobrar hasta 5 millones de dólares anuales, cifras que demuestran que al América no lo importa cuánto cueste una figura… sino recuperar el protagonismo que, por ahora, está en manos Tigres y Rayados.
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