¿Habrá revancha o más merengue?
Una vez superada la resaca copera, Real Madrid y Barcelona vuelven a verse las caras este sábado. Ahora el duelo será en liga y en el coliseo madridista, en un derbi que servirá para observar el estado de ánimo del club azulgrana, tocado tras su dolorosa caída de 3-1 en las semifinales de la Copa del Rey.
Se han encendido todas las alarmas en Camp Barça, ya que a la contundente derrota del martes, hay que sumarle el bajo nivel ofrecido por el conjunto azulgrana en los últimos partidos.
Joan David Baeta
Una vez superada la resaca copera, Real Madrid y Barcelona vuelven a verse las caras este sábado. Ahora el duelo será en liga y en el coliseo madridista, en un derbi que servirá para observar el estado de ánimo del club azulgrana, tocado tras su dolorosa caída de 3-1 en las semifinales de la Copa del Rey.
Se han encendido todas las alarmas en Camp Barça, ya que a la contundente derrota del martes, hay que sumarle el bajo nivel ofrecido por el conjunto azulgrana en los últimos partidos.
El vestuario “culé” hizo autocrítica para intentar evitar males mayores de cara a los compromisos que tiene el equipo, como el de este sábado de liga o el de Champions League en 15 días, donde se juega su futuro en Europa y debe remontar dos goles al Milan.
¿Y hay mejor manera de inyectarse moral que ganarle al Real Madrid? Una victoria en el territorio blanco disiparía las dudas vertidas esta semana; la búsqueda de venganza tras tan dolorosa derrota está en boca de todos los jugadores.
“No por perder dos partidos somos peor que hace un par de semanas. Son dos competiciones completamente distintas, y la eliminación del torneo copero centrará al equipo de cara el derbi y el partido de Champions”, dijo Andrés Iniesta esta semana.
La liga debe servir de bálsamo al club entenado por Jordi Roura. Con medio título en el bolsillo, Barça busca dar carpetazo a una liga dominada desde el principio de la temporada, busca la puntilla a un rival que en este campeonato ha ido de menos a más, y con la mente puesta en Old Trafford.
Por su parte, el Real Madrid, una vez consumado su pase a la final de forma merecida, y con la liga casi descartada, llega a este choque con la moral en alto y con un Cristiano Ronaldo enrachado, ya que les ha marcado en los últimos seis derbis.
“Mou” juega al despiste sobre a quienes alineará mañana.
Medita dar descanso a jugadores importantes como Khedira u Özil de cara al partido vital del martes en la Champions ante los Red Devils, sin obviar que una victoria en el derbi serviría para limpiar un poco la imagen en esta liga, donde hacía 30 años que no cosechaban tantas derrotas en el campeonato. A la vez, los Merengues han hecho de su estadio un fortín, ya que no han perdido ni un solo partido.
En caso de victoria blanca, pondría a tiro el segundo lugar de la clasificación y presionaría al Atlético de Madrid, segundo clasificado actual, colocándose a un solo punto, a expensas de lo que hagan los de Simeone, y por qué no, soñar que aún quedan 12 jornadas y pueden meterse en la lucha por el título de liga, algo que jugadores como Pepe o Xabi Alonso creen probable.
La única baja que tendrá el equipo de “Mou” es la de Di María, quien fue expulsado en el partido contra el Deportivo. Aún así, el conjunto madridista envió una queja para que le perdonen la segunda tarjeta amarilla al argentino.
Bernabéu trata bien al Barça
El fortín que es actualmente el Santiago Bernabéu no asusta a los catalanes.
Los azulgrana no pierden, en Liga, en la casa del Madrid desde el 7 de mayo de 2008, aquel legendario día del pasillo del Barça de Frank Rijkaard a un Real Madrid que ya había ganado la competencia de la mano de Bernd Schuster.
Después de aquella fecha, Barça ha sumando tres victorias (6-2, 2-0 y 3-1), además de un empate (1-1).
Con Mourinho en el banquillo Merengue, los catalanes han visitado siete veces el Bernabéu, con un balance de tres victorias, tres empates y sólo una derrota, la del 2-1 sufrida la pasada Supercopa de España.
Derrotas que duelen
Por primera vez desde 2007, el Barça sufrió dos derrotas en febrero (2-0 contra Milan y 3-1 contra Real Madrid). Este mes se caracteriza por un bajón físico y de resultados, ha costado la Copa del Rey, y pone a la Champions en una situación comprometida.