No importa cuál sea su aventura fuera de España, Álvaro Morata siempre regresará a Madrid, sólo que en esta ocasión no lo hará para defender los colores del Real, sino del equipo que lo vio nacer como jugador mucho antes de que debutara de blanco… el Atlético.
El español se convirtió ayer en el nuevo delantero del club Colchonero, un equipo que marcó su vida en sus primeros años como futbolista, pues antes de que el Real lo fichara, Morata empezó su carrera en las Fuerzas Básicas del Atlético por influencia de su abuelo.
Pero el destino, caprichoso desde entonces en su carrera, lo orilló a dejar de vestir los colores rojiblancos por falta de protagonismo, debido a que en ese entonces no entraba como un jugador prospecto para el club.
Desde entonces Álvaro Morata luchó contracorriente, tal y como ha pasado en su carrera profesional, para después de ocho años de trayectoria en el plano internacional cumplir el sueño de él y su abuelo: jugar para el Atlético de Madrid, un objetivo que comenzó cuando era recogepelotas.
“Cuando era recogepelotas tenía que estar dos horas antes del partido, yo quería estar dos horas y media antes para estar en el campo más tiempo. Aún guardo en mi casa el peto de recogepelotas y mi carnet de jugador, y cada que veo a un recogepelotas me veo identificado, porque cuando yo lo era siempre soñé en jugar en el Atlético, soñaba con jugar para este equipo”
Aunque Morata sea el refuerzo bomba del Atlético de Madrid en este mercado de invierno, hay una cuestión que pone en duda las palabras del jugador en su presentación, y es su pasado como jugador del Real Madrid, el equipo vecino, pues su contratación lo convirtió en el jugador número 45 en defender los colores de los dos equipos de la capital española.
Antes de él, Thibaut Courtois, Theo Hernández, Hugo Sánchez, Santiago Solari, Filipe Luis, Paco Llorante, entre otros, ya lo habían hecho.
