Una vez acusado por el gobierno de Estados Unidos de estar implicado en delitos de lavado de dinero y ser prestanombres de Raúl Flores Hernández, personaje ligado presuntamente al narcotráfico, la carrera de Rafael Márquez luce incierta.
A menos de un año del Mundial de Rusia 2018, el escándalo en el que está envuelto el aún capitán de la Selección Mexicana de Futbol podría confirmar su no participación en la justa y hasta adelantar el retiro de las canchas.
No obstante, el veterano futbolista de 38 años de edad sí puede por el momento jugar sin problema debido a que es un procedimiento civil, mas no penal.
Aunque en caso de comprobarse su culpabilidad, en lo que respecta al futbol podría ser desafiliado ante la Federación Mexicana de Futbol, de acuerdo con lo expuesto en el “Reglamento de Afiliación, Nombre y Sede”.
En el artículo 23, apartado 4, de dicho estatuto, establece que una persona física afiliada a la FMF no debe “ser parte ni haber participado en negocios de dudosa reputación o en conductas delictivas, a juicios del Comité Ejecutivo”.
Por ahora, tras su comparecencia en la Procuraduría General de la República realizada de manera voluntaria ayer, y de acuerdo a sus abogados, el “Kaiser Michoacano” prepara su defensa ante el caso.
Sin embargo, las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos le prohíben a Márquez el ingreso a dicho país después de la cancelación de su visa, además de la congelación de cuentas, bienes o propiedades y la posibilidad de realizar negocios en la nación presidida por Donald Trump.
Eso significa que de manera indefinida no podrá podrá disputar partidos amistosos que el Tricolor juegue, asimismo con su actual club, Atlas de Guadalajara.
Si bien por el momento no hay ningún encuentro amistoso programado en Estados Unidos por la FMF para lo que resta del año, evitaría la presencia de Márquez en aquellos duelos de preparación antes del Mundial, siempre y cuando se le contemple para la que sería su quinta Copa del Mundo.
En Europa no tendría problema de disputar partidos amistosos con el Tricolor, pero algunos países piden como referencia la visa americana para poder tramitar los permisos, aunque un punto a favor de Rafa es que cuenta también con la nacionalidad española, conseguida en 2006 cuando militaba en Barcelona.
Ayer, el jugador rojinegro no se presentó a entrenar con su equipo, pues declaró ante la PGR.
El problema al detalle
El personaje con el que se le implica a Rafael Márquez fue inclusive directivo de una franquicia afiliada a la Federación Mexicana de Futbol hace casi una década.
De acuerdo con información del periódico La Afición, Márquez y Miguel Zepeda figuraban como socios del equipo Guerreros Autlán, cuyo presidente era Raúl Flores Hernández, apodado “El Tío”, hoy señalado por la justicia estadounidense por tener nexos con el narcotráfico.
En la lista de más de 30 empresas ligadas al caso de presunto lavado de dinero en Jalisco, aparece el nombre del Club Deportivo Morumbi A.C., la razón social de Guerreros Autlán, que hasta 2008 figuró en Segunda y Tercera División.
Según el medio deportivo, en un acta de asamblea de dicho club, fechada el 24 de junio de 2008, se admitieron como socios de la organización deportiva a Rafael Márquez Álvarez y Miguel Zepeda Espinoza, quienes debutaron en Atlas en la década de los 90.
Mientras que ESPN Digital dio a conocer que otras empresas de Márquez fueron boletinadas y en cuyas actas constitutivas figuran como socios más personas relacionadas al futbol como Pavel Pardo o Juan Carlos Chávez.
Pavel aparece como socio de Márquez en la empresa Grupo Deportivo Márquez Pardo, mientras que “La Pájara” Chávez se enlista en otra organización de nombre Servicios Educativos y Negocios.
Ahora Rafa y sus abogados deberán atender a los tiempos del proceso que se les implica.