La batalla mas difícil de los deportistas olímpicos
Esta justa olímpica evidenció los problemas psicológicos de algunos deportistas. Hasta 1 de cada 3 atletas de elite podrían tener ansiedad y depresión; mujeres, las más afectadas
Francisco SánchezEn su perfil de Twitter, la máxima figura de la gimnasia a nivel mundial tiene una foto con la leyenda “Simone vs Herself” (Simone contra ella misma). Nada más acertado. Biles se ha unido a lista de deportistas que alegan problemas de salud mental, a causa de la actividad deportiva.
Y lo hizo en el máximo escenario deportivo: los Juegos Olímpicos, que ha visto escalar el tema de los problemas psicológicos en los deportistas.
De acuerdo con Thriveworks, una empresa que ofrece servicios psicológicos y psiquiátricos en más de 300 sitios en Estados Unidos, uno de cada tres deportistas de élite padece de ansiedad y depresión. Y agrega que las críticas afectan sobre todo las mujeres.
“Las deportistas soportan otro nivel de expectativas, de ellas mismas, de los técnicos, de otros deportistas, de la prensa y de los aficionados, que van desde su aspecto físico hasta su desempeño”, declaró Kim Plourde, trabajadora social de Thriveworks.
La llamada “Bala de Baltimore”, hoy retirado y analista para la cadena televisiva NBC, ha hablado abiertamente de sus problemas psicológicos. Confesó que después de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 tuvo un estado depresivo que, incluso, lo hizo contemplar el suicidio.
Por ello, alzó la voz, ‘abrazó’ a Biles y dijo que los padecimientos de la gimnasta los “destrozaron”, refiriéndose a la comunidad olímpica de Estados Unidos.
Simone se retiró de la prueba por equipos de la gimnasia olímpica en medio de una batalla por la medalla de oro y declinó participar en la final del All-Around individual de este jueves. Aún está en veremos si toma parte en las finales por aparato.
Biles, ‘debía’ tomar el lugar de Phelps o Usain Bolt como máxima figura del olimpismo. Una carga que ella ha preferido desechar.
Osaka, ‘pionera’ de deportistas en alegar problemas
Naomi Osaka fue la primera deportista de alto rendimiento que alegó ansiedad y depresión. La tenista se retiró del Abierto de Francia, no fue a Wimbledon y había apostado todo a Juegos Olímpicos.
Sin embargo, resultó eliminada tempranamente en el tenis olímpico. Una vez más, admitió que ser elegida para encender el pebetero olímpico resultó una carga demasiado pesada.
“Todas las derrotas me decepcionan, pero esta duele más”, dijo Osaka, de 23 años.
Naoko Imoto, quien compitió en la natación de los Juegos de 1996 en Atlanta, asesora al Comité Olímpico japonés en temas de igualdad de género y dice que la revelación de Osaka sobre sus problemas de salud mental, hecha en junio, abrió las puertas a un debate que se venía evitando.
“En Japón todavía no hablamos de la salud mental. Creo que no se entiende el tema, pero mucha gente está dando la cara y dice que es algo común”.
En los Juegos Olímpicos, hay psicólogos y psiquiatras a disposición de los deportistas y una línea telefónica especial, confidencial, que ofrece apoyo.
Hoy, para algunos deportistas, ya no hay que ganar a como dé lugar y sobreponerse a la adversidad. Vale más la salud que el oro y como dice Phelps “está bien no estar bien”.
Ellas se bajaron de Olímpicos
La velocista estadounidense Sha’Carri Richardson admitió los problemas que enfrentó preparándose para los Olímpicos, a los cuales, finalmente, no acudió.
Dijo que usó marihuana para disimular el dolor derivado de la muerte de su madre biológica, además de las presiones que representaba la prueba de los 100 metros.
Por su parte, la australiana Liz Cambage, que juega en la WNBA, no acudió a la justa por la ansiedad asociada con el aislamiento que la esperaba en Tokio, donde no podría tener contacto con sus familiares y amigos.
“No quiero tener que tomar medicinas para controlar mi ansiedad. Especialmente cuando participas en el evento deportivo más grande del mundo”.