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La fiesta que nadie quiere

El nerviosismo comienza a invadir al Comité Olímpico Internacional (COI), y es que lo que solía ser uno de los dos eventos deportivos más buscados por las ciudades, hoy se ha convertido en una fiesta que nadie quiere organizar.

Albergar los Juegos Olímpicos tanto de verano como de invierno, ya no es algo que emocione, al contrario, aquellos lugares que se perfilan como sedes, no suelen tener el apoyo de sus ciudadanos.

Las ciudades que todavía buscan ser la sede de los Juegos Olímpicos del 2024 son Roma, París, Budapest y Los Ángeles. La ganadora se anunciará en septiembre de 2017

El nerviosismo comienza a invadir al Comité Olímpico Internacional (COI), y es que lo que solía ser uno de los dos eventos deportivos más buscados por las ciudades, hoy se ha convertido en una fiesta que nadie quiere organizar.

Albergar los Juegos Olímpicos tanto de verano como de invierno, ya no es algo que emocione, al contrario, aquellos lugares que se perfilan como sedes, no suelen tener el apoyo de sus ciudadanos.

El rechazo más reciente para recibir los Juegos del 2024 lo dio Hamburgo. La ciudad alemana lucía con amplias posibilidades de ser elegida por el COI, pero la negativa de los habitantes terminó por imponerse.

Según publicó el sitio BBC, más del 50 por ciento de los residentes votaron en favor no recibir los Juegos Olímpicos de Verano.

La causa principal por la que los ciudadanos se negaron, fue por el elevado costo que significa albergar el evento deportivo más grande del planeta.

“Fue una decisión que no queríamos, pero que es clara”, comentó Olaf Scholz, alcalde de Hamburgo.

La ciudad alemana planeaba invertir 11 mil 900 millones de dólares para ser la sede olímpica, cantidad que los habitantes preferían se utilizara en proyectos sociales.

“Ahora será imposible para Alemania ser sede de los Juegos durante décadas”, comentó Michael Vesper, presidente de la Confederación Alemana de Deportes Olímpicos.

Para Vesper, la crisis de refugiados que afecta a Europa, los  ataques terroristas que hubo en París, así como los escándalos de corrupción de la FIFA y de dopaje en el atletismo, pudieron afectar la intención de voto.

El tercer rechazo

El no de Hamburgo a los Juegos Olímpicos, fue el tercer rechazo a este evento, luego de las negativas que dieron las ciudades de Boston y Toronto.

Si bien un gran número de ciudadanos en Boston estaba de acuerdo en ir por el máximo evento del deporte y devolverle a Estados Unidos este reconocimiento, del cual no goza desde 1996 cuando Atlanta albergó los Juegos, otro grupo de habitantes se oponían duramente a recibir los Olímpicos del 2024.

En Boston se estaba consciente de lo que se vivió en anteriores sedes olímpicas como Sochi, que albergó los Juegos Olímpicos más caros de la historia al costar más de 50 mil millones de dólares. 

Según la revista Forbes, lo que se invirtió en estos Juegos representó tres veces más de lo que gastó la NASA en el proyecto para colocar una nave en Marte. Ocho meses después de la ceremonia de clausura, Sochi fue descrito como un pueblo fantasma.

Juegos invernales… sin nieve

El temor a sufrir una crisis económica luego de albergar un evento deportivo de este tipo, también golpeó los Juegos de Invierno.

No eran muchas las ciudades que buscaban ser la sede olímpica, y las que estaban en la pelea no contaban con todas las condiciones para asegurar un evento de calidad, por ello, se terminó por elegir a Pekín.

La misma ciudad que en 2008 tuvo los Juegos de Verano, será la sede de los de Invierno en 2022, pero más allá de la polémica de reelegir a un país que tiene serios cuestionamientos en materia de derechos humanos, lo que más preocupa a los deportistas y federaciones nacionales es que en la capital china a duras penas ha nevado en los últimos 60 años.

En 2011, una de las últimas veces que nevó en esta ciudad, la nieve fue producida de manera artificial para aliviar una sequía.

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