Las mujeres se han ganado el respeto en el deporte tras una lucha constante en la que han dejado claro que son unas guerreras. A lo largo de la historia, han sido señaladas como el “sexo débil”, pero sus logros tanto en lo profesional como en lo personal, demuestran todo lo contrario.
Su entrega no se da solo en el terreno profesional. Muchas de las mejores atletas del mundo han optado por dejar sus carreras, a cambio de contemplar otro amor; es decir, tener un hijo, y lo mejor es que no han dejado de estar en la cúspide.
Pionera en demostrar que sí es posible la maternidad y el deporte
La australiana Margaret Court, considerada como la tenista más grande en la historia, logró derrumbar todas las barreras entre 1960 e inicios de 1970. Su legado ha dejado una huella imborrable, con 24 títulos de Grand Slam, siendo la única en conquistar este número de títulos.
Después de poner pausa a su carrera en 1966 y casarse un año más tarde con Barry Court, decidió volver a las canchas en 1967 y tres años después logró lo inimaginable: ganar los cuatro Majors del año. Con el deseo de ser madre, en 1971, ya estando embarazada, jugó la Final de Wimbledon, aunque cayó ante Evonne Goolagong.
Su primer hijo nació en 1972 y para su regreso, en 1973, ganó tres títulos de Gran Slam: el Abierto de Australia, Rolad Garros y el US Open, dando un paso muy importante y el ejemplo que el éxito va acompañado de la tenacidad y jamás darse por vencido.
La última gran hazaña
Serena Williams regresó a las pistas apenas cuatro meses después de que había dado a luz a su hija. Su último partido había sido en el Abierto de Australia, en enero de 2017, mismo torneo que ganó estando embarazada. A partir de ahí puso una pausa a su carrera.
En diciembre de ese mismo año volvió y jugó en una exhibición en Abu Dabi. Su espíritu de lucha la llevó a seguir en pie, luego de que confesó que “casi muere” durante el parto. Por lo tanto, su espíritu de lucha ha sido ejemplo para muchas mujeres que buscan trascender en el deporte.
Aunque no ha podido ganar un título importante en últimas fechas, ha disputado cuatro veces una Final de Gran Slam, demostrando que competir al máximo nivel es posible, así como compaginar la experiencia de ser madre y mantenerse en la élite del deporte.
Referente del deporte de la duela
En el basquetbol femenil, muchos consideran a Candace Parker como la mejor atleta de este deporte. En 2008 fue elegida como el pick número uno en el Draft de la WNBA y para la temporada 2009 fue elegida como la Novata del Año y ganó el MVP de la temporada; sin embargo, sorprendió con su embarazo en la misma campaña.
Su amor por el deporte la hizo regresar a las canchas y su historia de éxito no tiene comparación. En 2016 ganó la Liga con Los Angeles Sparks y, recientemente, en 2021, alzó el título con Chicago Sky. Además, comandó a Estados Unidos a la medalla de oro, en Londres 2012.
‘Princesa’ del ring
Si hay una deportista que ha dominado un deporte popular en el país, esa es Jackie Nava, quien se ha convertido en una leyenda del boxeo femenil. En 2012 y 2015 puso una pausa por sus embarazos, pero en cada uno de sus regresos ha brillado sobre el ring.
La tijuanense se ha consagrado como Campeona Mundial Gallo y Supergallo del CMB y AMB. Además, ocupó un puesto como diputada. Y por si eso fuera poco, recientemente ganó una de las batallas más esperadas por la afición, cuando derrotó a Mariana Juárez y pudo llevar a su cintura el cinturón Diamante del organismo verde y oro.
Domina al viento
En el deporte olímpico también existen grandes ejemplos. Shelly Ann Fraser-Pryce, velocista de Jamaica, anunció en 2017 que estaba embarazada, justo un año después de que había conquistado la plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016 en los 100 metros planos y el 4×100. Su regreso era una gran incógnita.
Y con gran esfuerzo volvió a la competencia y en Tokio 2020 volvió a hacer historia: gano oro en 4×100 metros y plata en 100 metros. “Fue un largo viaje”, refiriéndose a todo el esfuerzo y dedicación que tuvo que hacer para estar en la cúspide, nuevamente.
Nada la detiene hacia el Olimpo
Kerri Walsh Jennings es otra historia de pasión y entrega por ser madre y amor al deporte. En Atenas 2004 y Beijing 2008 ganó la medalla de oro en el Voleibol de Playa, para luego ser mamá en 2009 y 2010. Trabajó duro para estar en plenitud y conquistó su pase a una nueva justa.
Regresó con mucha hambre de triunfo para Londres 2012, jugó estando con un embarazo de cinco meses y así logró el oro olímpico. Sin embargo, ella deseaba más y en Río 2016 fue bronce, dando muestra de que los límites no existen y que todo se basa en dedicación y esfuerzo.