Fue conocido como “El Capitán América”, por defender los colores de los Estados Unidos con fiereza en cada partido de su selección, pero particularmente cuando se enfrentaba al representativo mexicano.
Alcanzó el estatus de “villano” justo por ser el futbolista más representativo de la época más exitosa de la selección de Estados Unidos, pero ahora parece que ese rencor deportivo quedó en el olvido y llegó a León convertido en un héroe que la afición del bajío espera verlo jugar lo más pronto posible.
Antes de su retiro temporal, Landon Donovan se convirtió en una pesadilla para los defensas nacionales y también fue protagonista de una de las más amargas eliminaciones que los mexicanos sufrimos en un mundial de fútbol.
Corría el minuto 65, cuando Landon Donovan conectó un cabezazo que Óscar “El Conejo” Pérez no pudo detener y se convirtió en el 2-0 definitivo, con el que México vio frustrado -una vez más- el sueño de llegar al famoso quinto partido. Con esa triste derrota nos despedimos de Corea-Japón.
Ese 2 a 0 se convirtió en el grito de guerra de la afición norteamericana, ya que el marcador se repitió el 4 de septiembre de 2005, la selección de los Estados Unidos, encabezada por su capitán Donovan, derrotó a México y consiguió su pase al mundial del 2006.
Ese mismo día, cuando Donovan se acercó para atender a los medios, dijo dos frases que calaron en los más profundo de la afición mexicana: “somos los mejores de la Concacaf, de eso no hay duda desde hace ya mucho tiempo”, y remató diciendo: “¿dónde está México?”.
Hoy, Donovan ya recordó dónde está México y jugará para uno de los equipos con más tradición del balompié nacional. En el evento de presentación, realizado muy al estilo europeo, el Capitán América agradeció que los aficionados estuvieran presentes en el estadio del León.
Dominó el balón, se puso la camiseta y afirmó que siempre ha admirado el fútbol mexicano y su sueño siempre fue jugar en nuestra liga.
Ahora, gracias al León, volverá a pisar el Estadio Jalisco, cuando su equipo visite al Atlas en el próximo año futbolístico. O antes, si es que ambos logran tener un buen paso que los meta a la liguilla y ahí se vuelvan a encontrar durante esta campaña.
¿Por qué es importante ese estadio para Donovan? Porque el cesped conserva rastros de él. En el 2004, cuando la selección de Estados Unidos se preparaba para enfrentar a México, el delantero no aguantó las ganas de orinar y decidió hacerlo ahí, en la cancha.
Después de todo, Donovan cumplió (con más glamour) un escenario que actuó para un comercial de quinielas deportivas, cuando se veía al jugador vestir ropa con la que se estereotipa a los mexicanos tratando de cruzar la frontera y entrar a México de forma ilegal.
Hoy, todo eso quedó en el olvido. La afición de León confía en que será un buen elemento y aportará goles y experiencia que ayudará a los del bajío a conseguir el título.
Landon Donovan usará el número 20. Un número que nos recuerda ese famoso 2 a 0, pero él asegura que no tiene nada que ver, sólo es su segundo número favorito.
México lo odió y ahora México lo sacó del retiro para convertirlo en un fichaje “bomba”. Cuando se trata de fútbol, el odio se queda en la cancha.
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