No todos los que juegan son futbolistas…

No tenían habilidades para el futbol, pero sí para timar a la gente, son los casos de quienes se hicieron pasar por jugadores para obtener contratos u otros beneficios sin siquiera haber jugado
Manuel Cuéllar Manuel Cuéllar Publicado el
Comparte esta nota

Aunque parezcan historias dignas de películas de Hollywood, los presuntos futbolistas estafadores son una realidad e, inclusive, ha habido algunos a quienes se les hizo un estilo de vida ir por la vida engañando.

Se trata de supuestos futbolistas que aprovecharon sus amistades con estrellas mundiales del balompié para hacerse de fama y dinero durante un buen tiempo.

El claro ejemplo es Carlos Henrique Raposo, un brasileño quien es considerado el mayor estafador del mundo del futbol, pues aunque su carrera como ‘profesional’ duró 20 años, éste jamás debutó debido a que todo el tiempo estuvo lesionado… o al menos eso les hizo creer a clubes como Botafogo, Flamengo, Fluminense, Vasco de Gama, Ajaccio, Puebla, entre otros.

La historia de Henrique comenzó cuando se hizo amigo de jugadores como Carlos Alberto Torres, Renato Gaúcho, Ricardo Rocha, Romario y Edmundo, a quienes les pedía que lo recomendaran a un equipo para que le dieran un contrato sin hacer pruebas, lo cual sucedió.

Pero al momento de demostrar sus habilidades dentro de la cancha, durante los entrenamientos le pedía a uno de sus compañeros que lo golpeara en la pierna para poder fingir una lesión de la cual jamás se podía recuperar hasta que terminara su contrato. En una ocasión, cuando jugaba con el Bangu de Brasil, a punto de debutar como profesional, comenzó una pelea con un aficionado antes de entrar a la cancha, provocando su expulsión y, así, evitar ser descubierto y continuar con su farsa con otro club.

“Cuando la cosa se iba poniendo más difícil, tenía un amigo dentista que me daba un certificado según el cual yo tenía algún problema físico”
Carlos RaposoFutbolista estafador

Pero un simple error de comunicación lo dejó al descubierto, pues una de las habilidades que tenía Raposo era fingir tener contactos con agentes de Inglaterra, por lo que se la pasaba hablando en inglés con un celular durante los entrenamientos, hasta que el médico del Flamengo, que era de Reino Unido, lo escuchó hablar y supo que sólo decía palabras sin sentido, delatándolo con la directiva.

Después de eso, su retiro fue eminente y luego de estar alejado de las canchas durante un tiempo confesó su engaño para un medio internacional: “Me siento culpable de no haber cumplido con las expectativas de la gente. Mucha gente buena creó expectativas a mí alrededor y nunca obtuvo nada, pero no me arrepiento de nada. Los clubes engañan mucho a los futbolistas. Alguno tenía que vengarse de ellos”, expresó.

Aprovechó parecido con otro jugador

El congoleño Medi Abalimba se acostumbró a tener una buena vida como jugador, pero su carrera como profesional sólo duró cuatro años, de 2009-2013, pues varias lesiones lo limitaron de las canchas. Sin embargo, no fue razón para seguir disfrutando de lujos, ya que Abalimba aprovechó su parecido con el jugador de Chelsea, Gael Katuta, para seguir disfrutando los lujos.

Su estafa no fue a clubes de futbol, sino a hoteles, restaurantes y centros nocturnos, y cuando lo detuvieron se dieron cuenta de que había timado a establecimientos con una suma de 200 mil euros a nombre de Katuta. El modo de operar era fácil en Abalimba, pues luego de gozar de los beneficios solicitados, a la hora de pagar les decía: “Se me quedó la billetera en la limosina”, para irse y no pagar.

11
Equipos en los que estuvo Carlos Henrique durante su carrera ‘profesional’

Otros casos

Ali Dia y su fama efímera

Su carrera futbolística duró 53 minutos. En 1996 un amigo de él se hizo pasar por George Weah, exestrella del Southhampton, y logró que lo firmaran, pero fue despedido cuando lo metieron en un juego y solo corrió por la cancha evadiendo el balón.

Johny Fernando Balanta

Este supuesto futbolista colombiano se inventó una carrera ficticia como estrella de los Pumas para conseguir autos de lujo. Su estrategia era presentarse como jugador a vendedores de autos que contactaba por Internet y pedirles, antes de cerrar el trato, la tradicional vuelta en el carro para después comprar el vehículo con un cheque, el cual no tenía fondos.

Miguel Iborra y las redes sociales

Viajó a París en 2012 para visitar a su novia. Allí conoció a Marcos Ceará, capitán de PSG en ese entonces, y fue invitado por él a entrenar algunas veces con el club. Iborra aprovechó para tomarse fotos con Ibrahimovic y otros jugadores del equipo. Luego de eso creó un perfil de crack en Twitter, y empezó a atender entrevistas en foros e incluso apareció en el videojuego FIFA 2012.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil