A los ocho años, María José Rodríguez, mejor conocida como Majo, impactó a su padre al revelarle la profesión a la cual se quería dedicar: “recuerdo que mi papá se sorprendió cuando le dije que me gustaría ser piloto, pero me dijo ‘ok, vamos a intentarlo, vamos de menos a más’, y fue así como me comencé a subir a los karts de renta, nada profesional, sólo para adaptarme”, recuerda la joven para Reporte Índigo.
Majo explica que su decisión de ser piloto fue impulsada por dos factores, el primero es que desde niña está envuelta en el mundo del deporte motor, ya que sus abuelos y su padre se dedicaron a esto; no obstante, otro punto importante fue que en cada carrera solo veía a hombres detrás del volante.
Esa curiosidad que Majo sentía fue la gasolina perfecta para alimentar su sueño y su objetivo, pues al poco tiempo de seguir en los karts un amigo de su padre le comentó que había un nuevo proyecto para impulsar a los pilotos, por lo que podría ser una buena oportunidad para que demostrara su talento.
“Ahí en los karts un amigo de mi papá se acercó a mí y me dijo que habría una convocatoria de jóvenes para que puedan entrar a un proyecto más profesional de karts, pero en ese momento no cumplía con la edad, entonces me tuve que esperar unos añitos y valió la pena porque quedé seleccionada, y a partir de mis 12 años lo comencé a hacer de manera profesional y pude debutar en los autos tipo turismo y ahorita ya llevo nueve años de trayectoria en distintas categorías”, agrega.
Sin embargo, la joven tuvo que enfrentarse a un problema más grande de lo que se imaginaba, pues al ir subiendo de categoría los comentarios en su contra siempre estuvieron presentes y fueron aumentando de tono, mismos que en algún punto la hicieron dudar de sus capacidades.
“Como bien se sabe que en su mayoría este deporte lo dominan los hombres, siempre hubo, o hay, comentarios respecto a si puedo o no hacerlo. La cosa no cambia cuando ya estás en la pista porque cuando comienzas a correr los propios compañeros te empujan de mala manera para hacerte perder porque ¿cómo pueden perder contra una mujer? Y ya cuando termina la carrera logras escuchar el comentario: ‘te ganó la vieja’, que a lo mejor para ellos es un chiste, pero a mí me desanimaba”, relata.
El mejor combustible para Majo
A pesar de los “malvibrosos”, Majo no aflojó en la carrera por sus sueños y supo sacar provecho de los comentarios en contra, ya que como ella lo dice: “atrás del casco no hay género”, y para ganar en este deporte se requiere más inteligencia.
“Yo tengo una frase que me motiva y es que atrás del casco no hay género, porque me di cuenta que afortunadamente es un deporte en el que no se necesita la fuerza física, es más de inteligencia y habilidad en la pista, entonces todos los pilotos cada vez que nos ponemos el casco no importa si eres hombre, mujer, cuántos años tienes o de dónde eres, porque todos buscamos el mismo objetivo que es ganar la carrera”, comenta.
El camino para destacar en su trayectoria ha sido complicado; sin embargo, los esfuerzos han dado frutos, ya que a los 17 años pudo competir contra los mejores representantes mexicanos en tractocamiones, unas máquinas que pesan hasta 3 mil 200 kilos y alcanzan velocidades de 180 kilómetros por hora.
“Esta aventura en esta categoría comenzó hace cinco años. La primera vez la verdad me moría de miedo, porque lo veía y decía ‘¿en qué problema me fui a meter?’, pero sólo lo vi como un reto más de mis carrera que afortunadamente es de los pasos más grandes que me hicieron crecer, porque en esta categoría están los mejores pilotos de México, quienes ya tienen una trayectoria consolidada y yo con 17 años me enfrentaba a eso, pero no me rendí, aprendí de muchos de ellos y muchos me dieron consejos”, menciona.
Por ahora que algunas competencias están frenadas por el COVID-19, Majo Rodríguez se enfoca en otro tipo de reto, terminar los estudios en Ingeniería Industrial, la cual espera más adelante combinar con el automovilismo profesional.