Por años, Manny Pacquiao fue el villano número uno del boxeo mexicano. Ante él, cayeron leyendas como Érik “Terrible” Morales, Marco Barrera y Juan Manuel Márquez. Este último cobraría “revancha” el 8 de diciembre de 2012, con un nocaut brutal que representó una de las más grandes epopeyas del pugilismo nacional.
Pero a pesar de ser el victimario más frecuente de los mexicanos (nueve en su haber), su carisma y calidad hacían inevitable no apoyarlo ante otras grandes leyendas como Óscar de la Hoya, Miguel Cotto, o el antipático Floyd Mayweather Jr.
Así de grande es Manny Pacquiao, quien en las primeras horas de ayer hizo oficial su retiro de los ensogados tras 26 años en los que disputó 72 combates, con récord de 62 victorias, ocho derrotas y dos empates.
De esos 62 triunfos, 39 fueron por nocaut, 23 por decisión de los jueces y con 12 títulos del mundo. Sin duda, un palmarés digno de una figura del pugilato. Sin embargo, hay otra estadística que lo lleva un escalón arriba, ese donde está la crema y nata del deporte de los puños.
El tagalo es el único boxeador de la historia en ser campeón en ocho divisiones distintas. Sin duda, toda una hazaña, y para ubicarla valdría decir que Julio César Chávez, la máxima figura del boxeo mexicano, “sólo” se coronó en tres divisiones distintas, mientras que Saúl “Canelo” Álvarez, considerado el mejor púgil libra por libra de la actualidad ha mandado en cuatro.
Pero, como pasa con muchas grandes figuras, Manny Pacquiao dice adiós tras una derrota y no en todo en lo alto. Tuvo que venir en agosto pasado el descalabro ante el cubano Yordenis Ugás por el título Superwelter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) para que Manny comprendiera que el ciclo había terminado.
Antes de dicha batalla, en 2019 y a sus 40 años, aún dio una muestra de poderío al vencer a Keith Thurman justamente por el título arriba mencionado. Así, se hubiera ido en la cima, a la cual llegó en el lejano 2006 tras vencer por segunda vez al “Terrible” Morales.
Luego, vendrían Barrera, Juan Manuel Márquez (segunda y tercera pelea), De la Hoya, Ricky Hatton, Miguel Cotto, Joshua Clottey, Shane Mosley. Todos saldrían derrotados.
Entonces, el 9 de junio de 2012, ante el estadounidense Timothy Bradley, Pacquiao volvería a probar el sabor amargo de la derrota tras estar siete años invicto y luego de 15 peleas.
Y seis meses después, Pacquiao sufriría uno de los nocauts más aparatosos en la historia. Un golpe en el mentón lo dejó fuera de combate en la cuarta pelea con “Dinamita” Márquez.
Nunca fue el mismo. Ese golpe lo sacudió y se volvió más precavido en su forma de pelear, pero le alcanzó para tomar revancha de Bradley en 2014 y un año después, en una de las peleas más esperadas, se midió al “Money” Mayweather, pero el filipino también mordió el polvo ante el estadounidense, un artista de la defensa y escurridizo como pocos.
Tras esa derrota, los bonos del tagalo vinieron a la baja e incluso en 2017 cayó ante el desconocido australiano Jeff Horn. Luego se repuso y derrotó a Lucas Mathysse, Adrien Broner y al ya mencionado Thurman hasta que el 21 de agosto de 2021, el cubano Ugás lo derrotó.
Al final de su video, Pacquiao le da las gracias al boxeo “por cambiarme la vida, cuando mi familia estaba desesperada nos diste esperanza, me diste la oportunidad de pelear para salir de la pobreza”.
Y prosiguió: “Gracias a ti, pude inspirar a gente en todo el mundo. Gracias a ti he tenido el valor de cambiar más vidas. Nunca olvidaré lo que hice y conseguí en una vida que no podía imaginar. Acabo de escuchar la campana final. El boxeo ha terminado”.
Ante ello, el pugilato y los aficionados a este deporte, tendrían que regresar la cortesía: gracias a ti, Manny Pacquiao.
Ahora, Manny Pacquiao va por la Presidencia
A principios de mes, Pacquiao, quien ya fungió como senador del Partido Democrático Filipino-Poder Popular (PDP-Laban) aceptó la nominación de su partido y dijo que se postulará a la presidencia de Filipinas en las elecciones de mayo de 2022.
Pacquiao ha acusado al gobierno del presidente Rodrigo Duterte, su aliado formal, de empeorar la corrupción en el país. Se ha comprometido a luchar contra la pobreza y advirtió a los políticos corruptos que pronto terminarán en la cárcel.
Sin duda, será la batalla más importante de su vida.
