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El domingo no será cualquier otro día en la NFL.
Un “clásico” de las tacleadas aguarda con el enfrentamiento entre Acereros de Pittsburgh y Vaqueros de Dallas.
Es uno de los choques más esperados de la campaña, toda vez que en promedio de cinco temporadas la NFL lo programa y para esta edición tendrá tintes especiales.
Los Cowboys visitan el emparrillado de Heinz Field con una buena racha de siete juegos ganados en fila, como el mejor equipo de la Conferencia Nacional y líder indiscutible de la división este.
Por si fuera poco, el enfrentamiento se “adereza” con la alta médica del mariscal de campo Tony Romo, ausente en el arranque de la campaña por una lesión lumbar, aunque la última palabra la tiene el coach Jason Garrett.
No obstante, lejos de pesar su ausencia en los duelos, el novato Dak Prescott ha dado una cátedra de sapiensa y calidad al guiar a la franquicia de la “estrella solitaria” a un destacado momento.
“Sólo tenemos que ver dónde está. Tony ha practicado cuatro días en las últimas dos semanas y ha estado involucrado en parte de las prácticas en cada uno de esos días”, declaró Garrett.
Todo apunta que Prescott continuará y le respetarán el trabajo hecho hasta el momento, en donde ha lanzado para 2 mil 20 yardas y completado el 67 por ciento de los pases.
Enfrente estará Steelers, equipo que lucha palmo a palmo la división norte de la Conferencia Americana.
Pittsburgh (4-4) viene de perder ante Cuervos la semana anterior, y en casa ya perdieron ante Patriotas.
Ben Roethlisberger regresó la semana anterior tras una operación de rodilla.
“Siempre es un poco más fácil jugar en casa. Estamos avanzando estrictamente, necesitamos ser el mejor equipo de fútbol que podamos estar en casa y en el camino”, aseguró el “Big Ben”.
