En febrero, cuando la ciudad coreana de PyeongChang reciba la vigesimotercera edición de los Juegos Olímpicos de Invierno, la bandera de uno de los tradicionales asistentes no desfilará.
El Comité Olímpico Internacional (COI) decidió expulsar a Rusia de la fiesta deportiva del próximo año, después de que se confirmara que se vivió un dopaje de estado en aquel país.
En noviembre del 2015, luego de un documental que transmitió la televisión alemana un año antes en el que se hablaba de un dopaje secreto en Rusia, el profesor Richard McLaren presentó una investigación en la que se confirmaba este hecho.
La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) le había encargado a McLaren este informe, el cual dio a conocer que el estado ruso creó un sistema de dopaje que tenía como objetivo encabezar el medallero en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014.
El COI continuó sus investigaciones sobre este tema el cual en repetidas ocasiones el presidente ruso Vladimir Putin catalogó como mentira, pero el martes se decidió darle a Rusia el castigo más fuerte al excluirlo de los Juegos Invernales.
La sanción no impide que sí participen en el evento atletas rusos que no se hayan visto comprometidos en casos de dopaje y que demuestren estar limpios.
Ellos competirán bajo la bandera olímpica y en caso de que obtengan una presea se escuchará el himno olímpico.