Entre los rivales que ha enfrentado Saúl Álvarez están grandes figuras como Floyd Mayweather Jr. (su única derrota como profesional), Shane Mosley, Miguel Cotto y Gennady Golovkin; sin embargo, es ante un “desconocido” Caleb Plant, con quien “Canelo” tiene su cita con la historia.
En una época donde el mexicano ha dominado sobremanera, el estadounidense es el único obstáculo para lograr algo que ningún púgil mexicano ha logrado: unificar los títulos de una división. Sí, ni el máximo ídolo del boxeo Julio César Chávez pudo lograrlo.
Pero más allá del boxeo mexicano, “Canelo” sería el primer boxeador en unificar los títulos en la división de las 168 libras, es decir, en peso Supermediano, esto en la era de los cuatro cinturones.
Así de importante es la batalla de este sábado para el tapatío, quien a lo largo de su carrera ha sido cuestionado una y otra vez por un sector de la afición, que lo ve como el “tuerto en la tierra de ciegos”, como alguien que no ha podido alcanzar ese estatus de ídolo del boxeo mexicano, que ve al “Dinamita” Juan Manuel Márquez como el último púgil nacional en arrastrar masas e, incluso, como alguien que perdió al menos uno de los dos combates que sostuvo con Golovkin.
Pero tanto ayer como hoy, “Canelo” ha esquivado tales cuestionamientos convertidos en “ganchos al hígado” y “golpea” a las críticas ganando en cada presentación que tiene.
Y así, entre victoria y victoria, entre crítica y crítica, el mexicano ha sido nueve veces campeón mundial y en este momento es poseedor de los títulos Supermedianos del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB); Plant es monarca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), el título que, guste o no, lo pondrá en lo más alto del pugilismo.
“Solo cinco boxeadores masculinos en la historia del boxeo han logrado convertirse en campeones indiscutibles. Quiero ser el sexto. Eso es lo único que tengo en mente y hacer historia”, dijo “Canelo” el miércoles en la conferencia de prensa previa a este duelo.
“Lo único que pienso es en ganar, visualizo la victoria, visualizo cómo voy a hacer las cosas arriba del cuadrilátero”, mencionó el boxeador mexicano. Una vez más se le nota confiado, relajado, e incluso, por momentos soberbio.
“Al final del día para eso trabajo, para eso estoy aquí, para hacer historia, para que me pongan como uno de los mejores peleadores en la historia del boxeo, no solo de México (…) El objetivo es ser un gran peleador de todos los tiempos. No voy a detenerme hasta que haya hecho todo lo posible para alcanzar ese objetivo”
Durante la conferencia del miércoles, Saúl volvió a hablar de lo emotivo que será para el país este fin de semana, si el piloto Sergio Pérez logra un triunfo en el Gran Premio de México, en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
“El hecho de que pueda hacer historia este fin de semana junto con el piloto de Fórmula 1, Sergio “Checo” Pérez, es muy motivador para mí. Mi objetivo es hacer de este un fin de semana increíble para México. Mis emociones están bajo control, aunque esté motivado al máximo de convertirme en campeón indiscutible y de hacer historia. Eso es lo que yo quiero. Pero puedo mantener la calma, porque esto es lo que hago siempre”.
Y apenas habla de Plant: “Siempre entreno al 100% y doy mi mejor esfuerzo de cara a adaptarme al estilo de mi oponente. Me gusta la idea de que Caleb (Plant) llega creyendo que ganará esta pelea. Va a hacer que sea más emocionante para los aficionados”.
Cumplió su promesa; ahora, por su mayor reto
Hasta antes de que se conociera como rival de Saúl Álvarez, Caleb Plant era un boxeador con pocos o nada de reflectores, pero cuya historia merece ser contada.
Con ochos años cumplidos, en su natal Tennessee, comenzó a practicar boxeo. Era su escape, pues su madre batallaba con adicciones y tenía una vida con carencias. En 2011 ganó el torneo Guantes de Oro, lo que lo llevó al equipo olímpico, pero se quedó fuera de Londres 2012.
Así, con una foja de 97 victorias y 20 derrotas como amateur, Plant apostó al profesionalismo, pero su batalla más importante estaba fuera del ring: su pequeña hija nació con una enfermedad desconocida que le provocaba convulsiones diarias. Tristemente, a los 19 meses, falleció.
Tras la muerte de la pequeña, Plant se prometió ser campeón mundial, algo que ya logró, y lo primero que hizo fue llevar su cinturón a la tumba de su hija. Desde enero de 2019 ha realizado tres defensas, pero nada se compara con este reto.
“Hasta que ‘Canelo’ no estuvo en mi división nunca pensé en él, ahora que lo hizo, entonces no tuve ninguna duda que sería mi gran rival”.
Así, Plant también va por la historia: una victoria ante “Canelo” lo pondría en lo más alto del boxeo profesional. Esta vez, y aunque suene a cliché, gane quien gane, representará un triunfo histórico.
