La esquiadora húngara Liz Swaney y otros deportistas que no tienen mucha experiencia en deportes de invierno se van de Pyeongchang felices por cumplir su sueño olímpico, pese a que estuvieron lejos de las medallas, pero su desempeño en las pistas abrió un viejo debate entre los aficionados: ¿realmente vale la pena llevar a atletas a este tipo de torneos sin que sean altamente competitivos?
Y es que como el caso de Swaney, quien apenas y pudo permanecer de pie en el halfpipe para no causarse una lesión grave, hay muchos donde también destaca el mexicano Germán Madrazo, quien fue último en el esquí cross-country.
El tongano Pita Taufatatofua, quien terminó en el lugar 114 de la misma disciplina que practica Madrazó, aceptó que como en sus países no hay nieve, al llegar a este tipo de competencias su objetivo no es ganar una medalla, sino no quedar en el último lugar de su competencia.
“Todos pelaban por llegar primero. Nosotros (Madrazo y Uprymny, de Colombia) peleábamos por no llegar en último lugar”
De acuerdo con medios internacionales, los atletas que son pocos competitivos suelen ganar un lugar en este tipo de competiciones por dos factores, la principal que son los únicos atletas que tienen dichos países para representarse en estos eventos, pese a que ellos no tengan mucha experiencia en el deporte, tal y como es el caso de Charles Flaherty, estadounidense que representó a Puerto Rico, pero que sólo tenía cuatro años de experiencia esquiando semiprofesionalmente.
Otro de los factores que influye es que algunas delegaciones sólo usan de pretextos a sus deportistas para viajar a otro país, como se vio en la ceremonia de inauguración con Taufatatofua, quien fue el único representante de Tonga, pero con él asistieron al menos tres directivos de su país para este evento.