El juego seis de las finales de la NBA será un duelo de esperanza y consolidación. Los Cavaliers de Cleveland buscarán alargar la serie y los Warriors de Golden State peleará por establecer su poderío y enfilarse a ser el mejor equipo de la historia.
Esta noche los de la Bahía llegarán al Quick Arena hambrientos de triunfo. Con el regreso de Draymond Green, los Warriors pelearán por mejorar la defensa y proteger su aro de la dupla James-Irving, quienes los tuvieron contra las cuerdas en el quinto juego y en conjunto anotaron 82 de los 112 puntos que consiguieron los Cavs.
Golden State necesita olvidar la ausencia de Bogut y volver a una formación pequeña. La llamada quinteta de la muerte conformada por Stephen Curry, Klay Thompson, Andre Iguodala, Harrison Barnes y Draymond Green, junto a la rotación en la banca, puede ser la clave para aguantarle el paso a unos explosivos Cavaliers que no permitirán ser vencidos nuevamente en casa.
Tan sólo en temporada regular, con esta formación, Kerr hacía a su equipo anotar 142 puntos por cada 100 posesiones. Al igual que en la pasada final, la presencia de Iguodala en la duela vuelve a ser factor al colocarse como la sombra de James.
Los astros se han alineado para que nuevamente un 16 de junio el Quick Arena vea coronarse al equipo de la Bahía. Sin embargo, los Cavaliers se rehusan a morir en casa. Con todas sus estrellas, los de LeBron James se presentarán este jueves para alargar la esperanza y mandar a un séptimo y definitivo juego. Veremos si pueden contra la historia.
Al igual que en la temporada 2014-15 la serie favorece a los Warriors en un 3-2, de ganar el duelo sexto los de Oakland volverían a salir campeones en una serie 4-2, frente a ellos el mismo rival. En 2015 Curry y compañía anotaron 105 puntos ante 97 de los Cavs.
El destino juega a favor de los Warriors, nuevamente tienen entre sus filas al MVP y al coach del año Steve Kerr. Tal parece que estaríamos frente a un dejavú y viviremos una final tal como la pasada campaña.