La pandemia por COVID-19 cambió al mundo y la manera en cómo los humanos nos relacionamos entre sí; sin embargo, hay quienes cuestionan el estilo de vida que se ha impuesto a raíz de ella y, apelando a su libertad, deciden no formar parte de ese sistema en el que la aplicación de la vacunación es esencial para vivir esta “nueva realidad”.
En el deporte, en las ligas profesionales de Estados Unidos en específico, se han presentado los casos más sonados de personalidades que se han manifestado en contra de ser vacunados, a pesar de que el vecino país del norte sigue siendo la nación con más defunciones por el coronavirus (721 mil al día de ayer), que han padecido 219 millones personas a nivel mundial.
El más notorio de estos “antivacunas” es Kyrie Irving, quien mantiene su postura pese a que, todo indica, perderá un salario de 70 millones de dólares –35 eran por no jugar en casa–. Pero aún dice: “es lo mejor para mí.
“Conozco las consecuencias que hay (…) pero nunca quise renunciar a mi pasión, mi amor, mi sueño, sólo por esta norma”.
Esto, lo dijo en un Instagram Live un día después de que los Brooklyn Nets decidieron hacerlo a un lado, debido a que no puede disputar los juegos en casa, ya que una norma de Nueva York requiere que los atletas profesionales de los equipos de la ciudad estén vacunados para entrenar o jugar en recintos públicos.
En un principio, se manejó que Irving podría entrenar con los Nets y jugar en partidos fuera de casa; sin embargo, el equipo determinó que sólo puede estar con ellos si está al 100% disponible… y eso implica la vacunación.
Los Nets son aspirantes al título e Irving dijo que no quería perder la oportunidad que tiene con ellos. El equipo lo sabe y le dejó las puertas abiertas para volver, pero el balón está en el aire. ¿Quién cederá primero?
“No me retiro y no voy a dejar este deporte así. Aún queda mucho que hacer y aún hay muchos otros (jóvenes) a los que inspirar, porque sé que quieren ser mejores que yo”, dijo.
Irving es vicepresidente del comité ejecutivo del sindicato de jugadores y llegó a un acuerdo con la NBA a mediados de septiembre para que no fuera obligatorio que los jugadores estén vacunados.
Wiggins ya se rindió a la vacunación
A diferencia de Irving, quien, por ahora, mantendrá su lucha, hay otros jugadores en la NBA y NFL que ya se rindieron. Uno de ellos es Andrew Wiggins, delantero de los Golden State Warriors, quien incluso argumentó motivos religiosos para no vacunarse, pero la Liga desechó su solicitud y estaba dispuesto a arriesgar una parte de su salario. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión?
De inicio, cuando Adam Silver, comisionado de la NBA, le preguntó cuál era su religión no supo qué contestar y, luego, se dio cuenta que perdería 360 mil dólares por partido no jugado como local. Es decir, casi la mitad de su sueldo: 16 millones de dólares de 35 que percibe.
Esto, porque desde ayer, el Departamento de Salud Pública de San Francisco comenzó a exigir un comprobante de vacunación para grandes eventos en interiores a cualquier persona de 12 años o más.
Hace unos meses decía: “el que se quiera vacunar, que se vacune; el que no quiera, que no se vacune. Yo tomo mis propias decisiones” y, ahora, tras vacunarse, comentó:
“Fue una decisión muy dura. Sentí que mis únicas opciones eran vacunarme o no jugar en la NBA. El hecho de que me vería obligado a quedarme fuera en los partidos como local fue el principal motivo por el que decidí vacunarme. Sin embargo, sigo preocupado por cómo puede afectarme a la larga”.
Por su parte, Denzel Perryman declaró en julio pasado que estaba listo para lidiar con las fuertes restricciones impuestas a los jugadores de la NFL no vacunados. “Cero vacunación, punto”, dijo el linebacker de Raiders, quien argumentó que conocía personas que se vacunaron y aun así se contagiaron. “Entonces, ¿cuál es el punto?”, decía.
Para septiembre, después de lidiar con pruebas diarias, comer aislado, usar mascarilla en las instalaciones y cumplir con la distancia social, Perryman cambió de opinión. “No me gusta ser un paria”.
Jackson y Cousins, peligro latente
El caso de los quarterbacks Lamar Jackson y Kirk Cousins tiene en la incertidumbre a la NFL. Ambos se han negado a responder si ya se vacunaron contra el COVID-19 y representan un foco rojo para sus equipos.
Es de destacar el caso del pasador de los Ravens, pues ya ha dado positivo dos veces, una en la temporada 2020 y otra apenas en julio pasado. Vale decir que gran parte de las aspiraciones de Baltimore para llegar a los Playoffs es que Jackson esté sano. Ayer, el quarterback faltó a las prácticas por un tema de salud, pero no se dieron a conocer las razones.