Simplemente incomparables
Ante cerca de medio millón de fieles aficionados que pintaron la Macroplaza de Monterrey de azul y amarillo, los Tigres festejaron su sexto título de Liga y ahora sueñan con el bicampeonato que se les negó la campaña anterior
Juan Reyna Loa¡Dios salve al nuevo “Rey de Monterrey”, de Nuevo León y, por ahora, de todo México!
Ante cerca de 500 mil aficionados, los Tigres de la UANL festejaron el sexto título de su historia en un colorido desfile por las principales calles de la principal metrópoli de Nuevo León.
El trayecto duró alrededor de dos horas, partiendo desde el estadio Universitario en San Nicolás de los Garza desde las 11:00 horas, y concluyó cercanas las 14:00 en la Macroplaza de Monterrey, justo frente al Palacio de Gobierno estatal.
Gritos, porras, cánticos, banderas y arengas se hicieron presente durante el paso del turibús descapotable que transportó a los flamantes campeones del Apertura 2017 por las principales arterias de la ciudad.
Al ritmo de “Dale, campeón; dale campeón”, un canto muy sudamericano que simula a la “Marcha Peronista” argentina, la hinchada abrió paso a la caravana felina conformada por directiva, cuerpo técnico, jugadores y familiares de los mismos, al tiempo que alzaban por todo lo alto el trofeo conseguido apenas el día anterior ante Rayados, el acérrimo rival citadino, en lo que fue la primera Final Regia de la historia.
Las vialidades por donde pasó el convoy de Tigres fueron cerradas para que pasara el contingente.
Los aficionados formaron vallas humanas durante la ruta del campeón hacia la “Macro”, en una distancia aproximada de 13 kilómetros.
Conforme se fueron acercando hacia el primer cuadro de la ciudad, transeúntes, curiosos y decenas de empleados salieron a las calles para admirar el paso de los campeones, mezclándose entre la “masa humana” que llevaba ataviada sus camisetas amarillas alusivas al equipo.
UNA FIESTA FELINA
Pasadas las 14:00 horas, el equipo llegó a la Explanada de los Héroes, una especie de “Zócalo” ubicado dentro de la Macroplaza frente al Palacio de Gobierno, donde fue improvisado un estrado para poder amenizar la recepción junto autoridades, encabezadas por Jaime Rodríguez, gobernador de Nuevo León.
Ahí, frente a unas 60 mil personas, Nahuel Guzmán tomó el micrófono y fungió como una especie de presentador o “showman”, amenizando la fiesta felina.
Guzmán presentaba a sus compañeros para que el público le diera una sonora ovación, como el caso de Damián Álvarez, quien posiblemente se vaya a retirar del profesionalismo.
André-Pierre Gignac, un prócer de los Tigres en los últimos tiempos, tampoco perdió la oportunidad de agradecer a sus fieles hinchas “incomparables”.
“Fuimos campeones en la casa del rival ,es donde es más importante. Gracias a todos, de verdad, ustedes son una hinchada increíble; nos vemos en enero con el mismo objetivo: el campeonato”, vociferó el francés, al tiempo que un mariachi interpretaba las notas del “Cielito Lindo” y, posteriormente, la canción de “El Rey”, de José Alfredo Jiménez.
Ricardo Ferretti también tomó el micrófono y el público lo vitoreó como político en campaña.
“Poropopó, poropopó, es el equipo del “Bigotón”, entonaban los aficionados a manera de cántico.
Fue el colofón de un festejo que por vez primera para Tigres, en sus últimos títulos conquistados, se realizó en el día posterior a la consagración del campeonato.
Tigres inicia con ello un periodo de vacaciones, regresando el próximo 27 de diciembre a los entrenamientos, con miras al Clausura 2018.