El invicto campeón mundial mexicano Rey Vargas es un tipo que privilegia el núcleo familiar por sobre muchos aspectos; y muestra de ello es que en muchos eventos se hace acompañar por sus padres Carlos Vargas y Alejandra Roldán.
Sus padres han estado con él en los momentos más felices y sobre todo en los ratos amargos de su trayectoria dentro del boxeo; apoyándolo en lesiones o durante concentraciones y festejando a su lado todos y cada uno de sus logros deportivos.
Fue su padre, Don Carlos quien lo introdujo en el deporte del pugilismo, pues en su juventud fue un destacado boxeador, sparring del gran campeón Vicente Saldívar, el famoso ‘Zurdo de Oro’, por lo que aprendió a detalle los secretos del pugilismo y supo transmitirlos a su vástago, quien se enamoró sin remedio del boxeo desde niño.
La familia Vargas ha sabido separar la convivencia en el gimnasio y en el hogar, pues aunque a veces hablan de boxeo prefieren dejar en la sala de prácticas todos los temas que involucran a los guantes de box; “Al principio era complicado separar esa figura de padre y la de entrenador, nos costó mucho trabajo pero al final lo logramos”, recuerda Rey.
“Mi padre supo que había llegado el momento de buscar ayuda; pero no podía asesorarnos cualquiera, tenía que ser el mejor quien se uniera a nuestro equipo y buscamos a Don Nacho Beristáin, tras mi etapa en la selección nacional. Y aunque a cargo de mis preparaciones está Beristáin, mi padre continúa como asesor, y es parte fundamental de este equipo, al igual que mi madre quien también nos apoya en todo”.