Un antes y un después

El 15 de septiembre de 2012 marcará un antes y un después en las carreras de “El Canelo” y “El Junior”.

Nada será igual, el “Hijo de la Leyenda” recibió una lección de boxeo de la que sólo pudo sacudirse en los dos últimos rounds en los que reaccionó como un valiente y ahora va por su revancha, mientras que la carrera de “El Canelo” ya no soporta más un  “flan-retador” a modo sólo para su lucimiento.

‘Canelo’ se roba el show

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Derrota es la que se puede contar en la carrera de Chávez Jr.

El 15 de septiembre de 2012 marcará un antes y un después en las carreras de “El Canelo” y “El Junior”.

Nada será igual, el “Hijo de la Leyenda” recibió una lección de boxeo de la que sólo pudo sacudirse en los dos últimos rounds en los que reaccionó como un valiente y ahora va por su revancha, mientras que la carrera de “El Canelo” ya no soporta más un  “flan-retador” a modo sólo para su lucimiento.

‘Canelo’ se roba el show

El boxeo es grande, emocionante y tremendista. Aun y a pesar de que en ocasiones, los resultados son amañados por cochupos, en donde se coluden en “Mafia Style” jueces descarados, promotores marrulleros y directivos vivales, al final el boxeo también es, como todo en la vida, marcado por los resultados. 

En este mexicanísimo fin de semana en Las Vegas, el ganador absoluto fue “el Canelo” Álvarez, quien llevó hasta más allá del límite las emociones y gritos de ¡Viva México!  a los cerca de 14 mil espectadores que abarrotaron el MGM de Las Vegas, y que vitorearon a rabiar al tapatío sin importar que ésta victoria, como casi todas en la carrera de “El Canelo”, se haya dado ante un rival cómodo, limitado e inferior por los cuatro costados,  propicio para su lucimiento, rival a modo para su estilo. 

El tal Josesito tuvo sus 15 minutos de fama antes de la pelea en los que gritó su “mexicanismo”, solo que ya en el vestidor se fue arrepintiendo hasta sacar en sus calzoncillos por un lado nuestra bandera tricolor y por el otro la de las barras y las estrellas, muy al estilo del enorme boxeador, hoy promotor con todas las mañas a cuestas, Oscar de la Hoya. 

Al final, además de la paliza prevista, se lleva como consuelo un enorme cheque para irse contento a casa .

Una lección a Chávez Jr.

Paralelo a la euforia desatada en los 14 mil espectadores, que no aficionados todos, por la “Canelomanía” aún y a pesar, insisto, en que se sabía de antemano la limitación de su víctima, la mayoría de los otros 20 mil que abarrotaron el Thomas & Mac Center, un puñado de ruidosos argentinos se encontraban presentes para apoyar en su tango al “Maravilla”, que les da gusto llorando después del fallo.

Aquellos mexicanos presentes sufrían al tiempo que apoyaban sin condición al Junior,  al que veían lento, desesperado, a veces fanfarroneando fuera de concentración y  sin una estrategia alterna que le permitiera encerrar y golpear al elusivo “Maravilla” Martínez, que con solo marcar los golpes le robaba de calle al Junior los puntos round tras round.

Fue desesperante el observar cómo cada round era una calca del otro. 

Julio tomando la iniciativa, golpeando al “Maravilla” para después verlo salir de su alcance, recibir algo de castigo sin consecuencia pero también el Junior sin completar esas series de golpes al cuerpo diseñadas en la estrategia previa, que le pudieran quitar velocidad al argentino.

Así transcurría en medio de la frustración de los miles de mexicanos presentes y los millones que lo seguíamos por televisión, esta pelea hasta que, en los dos últimos rounds los genes de su padre, el inmortal Julio César Chávez aparecen sumados al propio orgullo y valor del Junior, que pone al borde del nocaut al “Maravilla”, permitiéndonos soñar al evocar aquella épica batalla en la que el JC Chávez noquea en el último round a Meldrick Taylor cuando perdía la batalla.

El Junior saca la casta, la vergüenza, la dignidad, pero principalmente el hambre de ser, y es esto último lo mas rescatable para el “Hijo dela Leyenda”.

‘Es que puede haber trampa’

Al final en la esquina del “Maravilla”, había cierta incertidumbre, su triunfo era claro a pesar de la paliza sufrida en los dos últimos rounds, solo que la sombra de los jueces de Las Vegas pesa en eso de las trampas y robos descarados. El de Manny Pacquiao a nuestro Juan Manuel Márquez en noviembre fue monumental y luego el que sufre el propio Manny el pasado junio ante Timothy Bradley por el estilo.

Hasta aquí ‘Canelo’

La contradicción en mis colegas comentaristas inflando por obligación con medias verdades, que son medias mentiras, a lo largo de la semana al tal Josesito, calentando esta pelea para después, a lo largo de la transmisión doblar las manos ante lo evidente.

Lo que se ve no se juzga, debiendo señalar lo contrario en relación a las limitaciones del “Flan-retador”, son el reflejo de que estas peleas de plástico ya no dan para más en la carrera del “Canelo” que, no lo olvidemos, ostenta un título mundial hasta hoy de corcholata, regalado y avalado por Don José Sulaimán y “su” Consejo Mundial de Boxeo (CMB) al que también ya se le agotaron las excusas de no ponerle enfrente a un boxeador de grandes ligas.   

 En descargo del “Canelo”, ha sabido aceptar y trabajar con disciplina para aprovechar al 100 por ciento toda esta fabricación y manipulación de su carrera. Ha crecido como boxeador y seguramente sabe mejor que nadie, que al llegar los retadores fuertes lo harán también los muchos dólares, ya no hay para atrás.

hasta aquí junior 

Cierto que a Julio le pesa el nombre de su padre, sin embargo nunca habría llegado tan lejos de no ser el “Hijo de la Leyenda”. Alguna vez lo comenté con él y es el primero en admitirlo, al mismo tiempo que busca su propia identidad y su propia carrera sacudiéndose la tutela directa de su padre. Ya no existe el invicto, pero también se ha despejado la duda, el “JC Jr.” no es un “fuera de serie” como su padre, pero sí tiene capacidad para enfrentar a los grandes de su división, puede ganar o perder, pero ya está ahí, listo para calentar, de entrada, la revancha con el “Maravilla” Lo más rescatable en la derrota que marcará su carrera, es el hambre demostrada en los dos últimos rounds y que ojalá él y su equipo saquen provecho de esta derrota aleccionadora.

En descargo del Jr., el “Maravilla” al que debemos colocar en un nivel cerquita de Mayweather –Cotto – Pacquiao,  tuvo que batallar mucho para superarlo y estuvo a punto de caer noqueado.

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