Río de Janeiro tendrá una razón más para decir que sus Juegos Olímpicos serán diferentes.
Y no se trata por los conflictos que se están viviendo en la ciudad sede, sino por una medida que nunca antes se había tomado en esta fiesta deportiva.
Por primera vez, la llama que se encendió ayer ante el templo de Hera en Olimpia, no arderá en el estadio donde se realizarán la inauguración y clausura, sino en un lugar de la ciudad de Rio el cual aún no se ha dado a conocer.
“Es imposible tener dos pebeteros y es imposible tener el mismo pebetero en dos sitios al mismo tiempo”, explicó Mario Andrada, portavoz del Comité Organizador, en declaraciones la agencia AP.
Esta situación se debe al hecho de que los Juegos contarán con dos estadios, en lugar de solo uno, como suele ser habitual. Maracaná acogerá las ceremonias de Apertura y Clausura, mientras en el Joao Havelange se celebrarán las pruebas de atletismo.
Según el plan filtrado por Andrada, la llama se encenderá en Maracaná el 5 de agosto. Esa mismo noche viajará hacia su hogar permanente hasta la Clausura.